jueves, 30 de mayo de 2019

Crítica: El hijo (Brightburn) de David Yarovesky



El canon de la iglesia dan por bueno tan sólo las versiones de cuatro de los apóstoles pero existen otros considerados apócrifos que nos da un punto de vista muy distinto de la vida de Jesus. Uno de los más conocidos nos cuenta que Jesus se dedicaba a matar a los otros niños de la ciudad y los padres empezaban a mirarlos mal. Esta película nos cuenta la historia de unos granjeros de Kansas que no pueden tener hijos pero que una noche recogen a un bebé que llega de forma misteriosa en una nave espacial. Con los años el joven descubre una fuerza y unos poderes totalmente descontrolados. Esto recuerda mucho a los orígenes de Superman pero con una gran diferencia. Mientras que el canon oficial nos dice que Clark Kent / Superman es un héroe que se dedica a hacer el bien y a proteger a la tierra de otras amenazas que vienen de lugares lejanos, aquí el protagonista es malo y sus planes no tienen nada de protectores. En la película no hacen ninguna mención al planeta de origen ni a las circunstancias en la que este ha llegado a nuestro planeta. La historia está contada a través de los ojos de los padres y la información que tenemos sobre el niño es la misma que ellos. 



El hijo no se ajusta al patrón de películas de héroes y villanos a los que estamos acostumbrados. Nos mete en la vida de la familia Breyer y en la transformación de su hijo de un adolescente inocente en alguien completamente siniestro. La historia nos va narrando ese proceso en el que el niño empieza a descubrir su verdadera naturaleza y darse cuenta de que no es como los demás. Para los padres todos los hijos son especiales aunque este lo es por otras cuestiones. Por un lado esta lo que es, un extraterrestre que ha venido a la tierra con una misión, pero por otro lado ha sido criado por unos buenos padres que le ha educado en unos valores más humanos. Ese conflicto entre naturaleza y educación laten a lo largo de la historia y son la base del conflicto. El tono de la película es realista, casi como un drama familiar y los elementos fantásticos son bastante puntuales.  Hay momentos en los que destaca por su violencia explícita y sobre todo  impacta porque es ejercida por un adolescente, nada que no hayamos visto antes. Incluso una cinta española como ?¿Quién puede matar a un niño? tenía escenas con una gran violencia. Además de la historia y de una buena dirección uno de los puntos fuertes de la película es el trío protagonista. Tanto el joven actor que da vida como los padres. La película funciona como de iniciación, como hemos visto en otras ocasiones en la que nos enseñan cómo surgen los héroes, en este caso un villano y aunque pueda quedar como una única película, la historia da para dar a conocer más sobre este personaje. Uno de los responsables de la película, que se reserva las tareas de producción es James Gunn el director de las dos primeras películas de Los guardianes de la Galaxia. Recomendable. 


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