miércoles, 30 de abril de 2014

Crítica: No se aceptan devoluciones de Eugenio Derbez



Llega a los cines una película mexicana que ha tenido un gran éxito en Estados Unidos. La historia dirigida y protagonizada por Eugenio Derbez, que también ha contribuido en el guión es una tierna historia de un vividor que las circunstancias le obligan a sentar la cabeza y pasar de un gigoló de las playas de Acapulco a un padre responsable y cariñoso en un lugar tan hostil para él como las calles de Los Ángeles. Convertir a alguien como Valentín, un hombre que guarda muchos miedos de su infancia sobre todo el miedo al compromiso con las mujeres en alguien encantador y amoroso padre es algo que la película consigue con creces. Tener que cuidar a su hija y que deba dejar de pensar en sí mismo y pensar en lo que más le conviene a Maggie hará que busque un trabajo y lo único que parece que se le da bien es el de especialista de cine. Esto da pie a que se hagan continuidad de bromas sobre el propio mundo del cine y de la gente de la industria y para los que nos gusta tanto el cine es fácil conquistarnos.



La película se podría clasificar dentro del género de historia de adulto con niño en el que los roles habituales se intercambian, a veces la hija parece mucho más adulta que el padre, que se comporta de una forma infantil para la edad y las responsabilidades que tiene. Realmente todo tiene su por qué aunque no es el objetivo de este texto destripar la película. La niña es un encanto, muy guapa y muy inteligente que domina el inglés y el castellano de forma admirable. Si criar a un hijo fuera tal y como nos presenta la película y supiéramos que el hijo nos saldría así de encantador seguramente la tasa de natalidad aumentaría considerablemente. Pero, claro, se trata de una comedia que no busca ser verosímil con la realidad sino crear su propia imagen del mundo que nos haga pasar una buena hora y media. De todos modos esta historia aunque tenga sus momentos de diversión la película no es una fantasía porque tiene su punto de realidad y de dureza que haga que se nos encoja el corazón. Uno de los referentes de la historia es sin duda Kramer contra Kramer ya que de alguna forma sigue el mismo esquema que esta. Madre abandona a su hijo al cuidado del padre y cuando esta ha rehecho su vida y se ve capaz de hacerse cargo se mete en disputas legales por la custodia. El padre en un principio no ve nada claro que se pueda hacer cargo del hijo pero en cuanto ve que las cosas funcionan se ve capaz de ser un gran padre y hará todo lo posible con quedarse con la custodia. Pero no hay que tener miedo a que se convierta en una parte de juicios ya que no es algo que interese al director.



También hay que destacar que además de la trama y de los personajes principales, una serie de personajes secundarios que no sólo sirven de acompañamiento sino que también aportan mucho a la historia a costa de que en algunos momentos nos podemos alejar de la idea principal que nos quiere contar. En definitiva una gran historia de comedia que tiene su punto de amargura. Muy recomendable. 

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