sábado, 14 de junio de 2014

Festival de Cine Alemán: Críticas: Art War, Tiempo de caníbales y West


La tercera jornada del festival nos ha traído tres buenas sorpresas, tres películas diferentes que tiene como denominador común ser primeras películas de jóvenes directores que desde su propio punto de vista aportan su visión del mundo y de las circunstancias que más le interesan. Si en Art War no enseña cómo el arte puede influir en la política, Tiempo de caníbales como la parodia puede ser una forma de ver el mundo y West como el pasado nos ayuda a comprender el presente.


Art War


La propuesta documental de este año nos lleva a Egipto y a la primavera árabe en donde se nos narra la forma en la que los artistas han  narrado en primera persona lo que estaba sucediendo en el país a pesar de la opacidad informativa. A través de los grafittis, de la música y de la literatura han contado la represión que los distintos gobiernos han afligido a un pueblo que desea una normalidad y una paz que no tienen. A pesar del título no se trata de un documental que trate el arte sino que es el medio que se utiliza para la expresión de ideas políticas. No he seguido mucho las noticias acerca de las revueltas en Egipcio y no tengo muy claro qué es lo que ha pasado allí, pero el documental nos hace un recorrido desde las primeras protestas hasta la actualidad. Ha habido una serie de protestas en el centro de la capital y ha habido distintos gobiernos, pero el descontento sigue y la situación de los ciudadanos no sólo no ha mejorado sino que, como reconoce el director, están pasando por una situación muy delicada. Se intentan acallar las voces críticas con el poder que está en el gobierno y el pueblo sigue oprimido. La revolución no sé si ha triunfado o no, pero está claro que quienes están padeciendo las injusticias es la población civil.

Me ha parecido interesante el enfoque que le da porque habitualmente la cuestión de arte se asocia al placer estético sin ser conscientes de que el arte es un medio más de expresión que puede servir para transmitir todo tipo de ideas, de pensamiento o como se estaba haciendo en egipcio, como medio de ideas revolucionarias y de alguna forma de propaganda. A la pregunta a Marco Wilms, director de la película, a sí los que realizaban este arte eran artistas o utilizaban esta forma de expresión como un medio más, comentó en el coloquio posterior a la proyección que los que retrata en su película no son activistas políticos sino artistas que ante la censura y la falta de información de lo que realmente pasa, utilizan los grafittis para dar visibilidad a la situación trágica de los manifestantes y cómo las protestas acaban con gente muerta por parte de la policía. Historias como la cantante electro punk que incluso en los ambientes más liberales es abucheada y criticada por su búsqueda de libertad sorprende en un país como el nuestro con una cultura occidental en la que, aunque la situación de la mujer es efectivamente mejorable, allí es utilizada como un simple objeto que el hombre puede utilizar cuando quiera. A pesar de lo que nos narra, la película no cae en el pesimismo y que aunque la situación no es la deseada todas las revoluciones triunfen o fracasen, siempre suponen un cambio lento, aunque por lo que se está viendo este está siendo a peor.

Tiempo de caníbales ( Zeit der Kannibalen )


La sorpresa del festival es una historia contada como una fábula en la que nos muestra cómo el capitalismo y la globalización están destruyendo el mundo. La acción transcurre en una habitación de un hotel en la que tres consejeros de una multinacional deben cerrar un trato para llevar unas empresas a Pakistán. La forma que ha elegido el director de contarnos la historia nos recuerda mucho al teatro del absurdo en la que partiendo de una situación real lleva al extremo a los personajes y a las situaciones en donde no hay realismo pero sí una autenticidad. Los protagonistas viven en sus circunstancias ajenas a lo que pasa en el exterior. No son conscientes, o no quieren ver, que la guerra en la que está el país y viven felices en su burbuja. Desde una posición de dominación ven el mundo como un lugar en el que son los que mandan y manejan la situación y la forma en la que el director ha optado por narrar la historia es la de comedia. Busca que nos identifiquemos con los tres personajes, que a pesar de sus diferencias evidentes, al final lo único que les importa es conseguir un mayor poder en la empresa.

Pudimos hablar con el director y nos contó que el guionista de la película trabajó para este tipo de compañías con lo que sabe de primera mano la forma que tienen de trabajar por lo que podemos deducir que todo lo que pasa, deformado por el cristal del absurdo y de la ironía, es real. Comentando con el director sobre el final abrupto de la película, no vamos a desvelar aquí cual es, nos confesó que era el que los personajes se merecían. Según sus palabras les resultaba importante que la realidad llegara a ese mundo tan artificial que se habían creado. Hay gente que no está de acuerdo con la globalización que consideran agresiva y que la combaten. El director entiende que haya gente que se defienda y no puede condenar lo que a veces sucede en ciertas situaciones porque lo entiende. No tiene por qué estar de acuerdo con algunos métodos que se utilizan pero es consciente de que a veces es necesario tomar medidas para que su voz sea escuchada.

Uno de los valores que tiene la película es su trío de actores que componen Devid Striesow, protagonista de Transpapa que pudimos disfrutar el año pasado, Sebastian Bomberg y Katharina Schüttler. Su trabajo es excepcional y consiguen un retrato más amable de tres personajes despreciables. La forma que ha tenido el director de trabajar con los actores ha sido distinta, mientras que Devid es un actor que se acerca al personaje de forma intuitiva sin analizar demasiado intelectualmente las motivaciones de su personaje, Sebastian hace todo lo contrario. Intenta racionalizar su personaje así como una gran preparación estudiando las circunstancias y el mundo en el que se mueve su personaje. Con ambos estuvieron analizando el guión a través de un par de documentales en los que vieron cómo es el trabajo de los protagonistas.

West


Uno de los capítulos de la historia de Alemania más interesantes de la actualidad es la de la época en la que el país estuvo dividido en dos, la parte comunista y la occidental. Los que huían de la República Democrática de Alemia buscando mayor libertad tenían que pasar por un arduo y difícil proceso que la película narra de forma realista. Para salir del país era todo tipo de trabas pero al llegar a la zona de los aliados la situación no mejoraba porque estaban en una situación de tránsito que repetía los mismos esquemas y la misma falta de libertad que pretendía dejar atrás. La película dirigida por Christian Schwochow empezó como idea el primer año de iniciar sus estudios de cine, pero ha tenido que esperar hasta que terminó sus estudios para retomar el proyecto. La película que ha escrito su madre está basada en una novela de Julia Franck; aún así han añadido elementos de la propia historia personal como la afición que tiene el hijo de coleccionar latas o un pañuelo. La película narra el viaje de esta familia que desea empezar una nueva vida y cuenta las vivencias en el centro de refugiados y cuenta también una trama de espionaje que en parte entorpece el relato y si no estaría bien eliminarlo, reducirlo al máximo porque no aporta nada.


Aunque sea histórica, la película tiene mucha actualidad como afirma la guionista pues estamos en un mundo en el que la historia de esa madre que huye es una forma de entender el fenómeno de la inmigración y cómo vemos al diferente. Muchas películas que tratan este tema se centran en la Alemania comunista y terminan cuando han salido del país, pero tenían claro que esta sería una película sobre la Alemania entera, no una parte de ella. Después de todos los años que han pasado desde la reunificación de Alemania, el país no está completamente unido y se notan todavía las diferencias entre las dos formas de entender el mundo. Es cierto que la Alemania comunista no tenía libertades pero la libertad y todo lo que ello conlleva provoca cierta inseguridad que a muchos les hace a muchos añorar su estilo de vida anterior. Una gran película que seguramente podremos ver pronto en España porque cuenta con una distribuidora. 

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