viernes, 8 de agosto de 2014

Crítica: Tranformers: la era de la extinción, de Michael Bay


Ir al cine a ver una película de Michael Bay es garantía de salir de la sala medio sordo y con principios de epilepsia. Persecuciones, explosiones, peleas imposibles, chicas con cuerpos de escándalo y chistes malos son sus señas de identidad, y con 'Transformers: la era de la extinción' Michael Bay no iba a cambiar su manera de hacer cine. La película tiene lo que podríamos identificar como tres secuencias introductorias que marcarán las reglas -poco estables, eso sí- del juego.


Tras ponernos en antecedentes con estas tres secuencias, empieza la trama de Cade Yeager, interpretado por Mark Wahlberg. Un inventor loco en busca de antiguallas para arreglarlas y venderlas para, así de paso, poder alimentar a su hija. Al adquirir un camión que parece perder piezas por el camino, se lleva una sopresa, ya que es un camión y a la vez… pues no. Y a partir de ahí empiezan los problemas para el señor Yeager: todo el mundo le persigue por algo que no sabe, y ponen a prueba al típico estadounidense de a pie. Muchas de las situaciones no se sostienen. Los diálogos son absurdos el noventa por ciento del tiempo. Ehren Kruger, guionista de la película, tiene dos mecanismos para hacer que los personajes nos caigan bien: hacerles torpes o hacer que cuenten chistes que causarían vergüenza ajena hasta a un niño de siete años. De ver a los personajes evolucionar nos olvidamos, ya que lo más parecido que hay en la película es que empiezan siendo torpes y acaban convirtiéndose en personas torpes capaces de aniquilar decepticons como si fuesen de mantequilla.


Michael Bay, a la hora de dirigir, recurre a los mismos recursos vistos una y otra vez en todas y cada una de sus películas: atardeceres poéticos que no pintan nada en la película porque hacen que parezca un atardecer continuo, planos contrapicados que no tienen razón de ser, más explosiones que palabras, chistes malos y chicas guapas con dudosas dotes interpretativas. Por lo menos hay que admitir que Michael Bay tiene cierta personalidad a la hora de dirigir. Los actores están correctos para lo que se les pide, que es correr, saltar, luchar, poner miradas intensas y soltar una lagrimilla de vez en cuando. Pese a todo he de admitir que la primera hora de película se hace entretenida, pero en cuanto todo empieza a explotar, da igual lo que sea, perdemos un poco el interés. O mucho, porque es más de lo mismo. Sí, muy espectacular, con unos efectos especiales punterísimos y con pocos momentos de descanso. Pero lo dicho, es más de lo mismo.

'Transformers: la era de la extinción' da lo que promete, y gustará a adolescentes ávidos de acción a raudales y chicas monas. Y a fans de la saga, por supuesto.

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