jueves, 22 de enero de 2015

Crítica: Into the woods de Rob Marshall


Los cuentos infantiles han servido como forma de entretener a los niños con historias terribles y tenebrosas que les servían de guías morales y de conducta, hay que portarse bien, obedecer las normas, hacer todo lo que nos digan nuestros padres porque sino las consecuencias pueden ser poco deseables. El mal siempre está al acecho y hay que estar siempre alerta. Estas historias han tenido diferentes versiones y la visión que se ha consolidado es la de Disney que eliminaba al máximo todo elemento maligno y con una visión bastante ingenua. Últimamente ha habido una gran cantidad de nuevas visiones tanto en cine como en televisión que aportaban otros puntos de vista. La que nos llega ahora parte de un musical que aunque se estrenó en 1987 han decidido que este era el mejor momento para llevarlo al cine. Con música y canciones de Stephen Sondheim, creador de otros musicales como West Side Story o Sweeney Todd hace que no haya dudas en la calidad del libreto. Reconozco que no conocía el musical pero me ha gustado mucho el material del que parte y el enfoque con el que se presenta las historias. Lo original de esta propuesta es que se trata de un musical en el que se mezclan varias historias que siempre habíamos conocido por separado. Caperucita roja convive con Jack de las habichuelas mágicas, con cenicienta y Rapunzel. Incorporan una historia original que es la de un panadero y su mujer cuyo mayor deseo es el de tener descendencia pero que debido a una maldición de su vecina la bruja les impide procrear. Los argumentos clásicos se mezclan con esta nueva historia para dar a algo original. La forma que nos las presentan mantiene la misma ingenuidad y belleza de las películas de animación clásicas de Disney pero aparece una veta de humor negro y se cuela también ciertos elementos de tragedia que nos muestra un mundo más cercano al nuestro.



Además del interés por la historia y la gran calidad de las canciones, la gran baza con la que juega Into the Woods es el reparto en el que no hay un personaje que destaque sobre los otros. La responsabilidad está muy repartida y aunque Meryl Streep haya conseguido una nominación a los oscars por su personaje de bruja no se puede decir que sea la que lleva la  voz cantante de la historia. Ella es seguramente una de las que tengan más experiencia en el campo de los musicales aunque también contamos con la presencia de Christine Baranski con la que compartieron escenario y canciones en la versión de Mamma Mía como una de las tres protagonistas y en esta ocasión da vida a la madrasta de cenicienta que interpreta la actriz de Crepúsculo y Up in the air, Anna Kendrick. Como príncipe encantador está Chris Pine y con una pequeña aparición Johnny Depp como el lobo de caperucita. Aunque podrían haber sido más gamberros y haber dejado a un lado el lado amable de los cuentos valoro positivamente este cambio en Disney. Esta no es la última vez que vamos a ver estas historias y en un par de meses se estrenará la historia de cenicienta dirigida por Kenneth Brannagh El director Rob Marshall ya tiene experiencia en llevar al cine musicales a la gran pantalla y suyas son las adaptaciones de Chicago, y Nine que a su vez era una versión de Ocho y medio de Fellini. Recomendable para a los que les gustan los cuentos de hadas y de las películas de Disney.


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