lunes, 2 de marzo de 2020

Crítica: El ritmo de la venganza


Una venganza es un buen inicio para una historia. Tenemos un conflicto previo no resuelto, un personaje que busca superarlo de una forma poco convencional y otros que se lo ponen complicado. Esta película nos plantea más cuestiones que respuestas y hay algunas lagunas en el argumento que tenemos que imaginarnos. La protagonista pierde a su familia en lo que cree que es un accidente de avión. Esto le destroza la vida y pasa de ser una joven normal a tener que prostituirse para pagar sus adicciones. Un periodista le revela que su familia fue víctima colateral de un atentado terrorista que el gobierno intentó ocultar. Hay que decir que algunas partes de la historia no tienen mucha coherencia y hasta resultan bastante poco creíbles, pero si no nos fijamos en los detalles son cosas que podemos pasar por alto. Al fin y al cabo esta es sobre todo una película de acción. 


La protagonista se dedica a seguir la investigación a partir de lo que le ha dejado el periodista y descubrir qué es lo que realmente sucedió en esa avión y hacérselo pagar a los culpables. En su viaje recorrerá gran parte del mundo y una de las paradas las hace en Madrid. Tiene escenas muy potentes de luchas y de persecuciones, como película de acción está bastante bien desarrollada. La directora es Reed Morano y esta es su segunda película pero dentro de su filmografía encontramos varias de las series más interesantes que podemos ver actualmente como El cuento de la criada. Ambas historias tienen algunos aspectos en común como la familia y que están protagonizadas por mujeres fuertes con un plan muy claro. Aquí no es Elisabeth Moss la que pone la cara sino una sorprendente Blake Lively. Muy alejada de otros personajes aquí hace de una heroína, una luchadora que hará todo lo posible por conseguir justicia para su familia. La réplica se la da otro gran actor como es Jude Law con un personaje que también tiene muchos matices. 


La película es en general entretenida, un subidón de adrenalina para desconectar un par de horas. Lo mejor es la fuerza de las escenas y la acción que consigue atraparnos, lo peor que hay muchas lagunas en la historia y algunas bastante poco creíbles. ¿Cómo es posible que una joven bien acabe en una situación tan precaria y teniendo que prostituirse sólo porque ha perdido a su familia? El cambio que da de prostituta a la versión femenina de James Bond en tan poco tiempo no se había visto en el cine desde que Julia Roberts había dejado las calles y se había convertido en una mujer elegante y sofisticada en Pretty Woman. Aunque los detalles chirríen la magia del cine hacen su trabajo. También hay que valorar positivamente la banda sonora de la película. La selección de temas es todo un acierto, al fin y al cabo por algo se llama la película El ritmo de la venganza. 

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