Juan Cavestany ha presentado hace
unos días en la sección paralela del Premiere Week Madrid y en Madrid Imagen en
donde fue premiada con el galardón al mejor largometraje autoproducido, su
última película que ya se pudo ver en Sitges y en el Festival de cine de
Toronto. La película está inspirada en una página de imágenes con el mismo
nombre en el que podemos ver diversas instantáneas de personas anónimas en diversos
localizaciones de Madrid, dos hombres mayores sentados, un hombre haciendo una
llamada en una oficina, un hombre vestido con pantalones cortos y camiseta de
tirantes y con una barra de pan en el brazo mientras enciende un cigarrillo, un
camarero con corbata esperando una comanda o una mujer esperando en la parada
del autobús con una bombona de butano al lado. Y es que precisamente la
película se compone de pequeño retratos de muchos personajes con unas
características más o menos reconocibles, oficinistas, amas de casa, joven
pareja que busca una vivienda o dos vecinos y también en lugares comunes, pero
Cavestany lleva esa cotidianidad a un mundo extraño en donde nada es lo que
parece. Las historias son muy breves, casi sketches que alguno no pasa del
minuto aunque hay algunas historias que están más desarrolladas y que se nos
presentan en varios momentos de la película. Juan Cavestany nos plantea una
situación normal y cotidiana e imagina otras soluciones a las esperadas y eso
es lo que hará que para algunos resulte fascinante y a otros les pueda parecer
desesperante y la acaben odiando. Tenemos a una vecina interpretada por Maribel
Verdú que ve con desagrado el felpudo de uno de sus vecinos y le recrimina que
como está en una zona común que lo quite porque no le gusta. Uno espera que el
vecino, Tristán Ulloa, defienda su elección y se cree un conflicto, pero este
no existe porque le da la razón y acaba tirándolo. Hay una perplejidad tanto en
la propia protagonista como en el espectador porque no se espera una reacción
como esta. Y este es uno de los ejemplos menos extraños con los que nos van a
sorprender. Sin duda, esta no es de las que dejan indiferentes, reconozco que
me ha gustado bastante pero conozco a gente que no le ha visto ni pies ni
cabeza y no le ha gustado. Al fin y al cabo el gusto es algo que depende mucho
de las experiencias previas y cuando uno está más acostumbrado a otro tipo de
cine, ver este tipo de rarezas que no se llegan a comprender del todo, produce
en el espectador menos atrevido una sensación de extrañeza y de alejamiento. Lo mejor es ir sin prejuicios y dejarse llevar.
Sin duda, uno de los mayores atractivos es su reparto y es que por las historias de Gente en sitios pasan los mejores actores y actrices que tenemos en el cine actual. Un listado en el que se pueden destacar a Ernesto Alterio, Carlos Areces, Raúl Arévalo, Luis Bermejo, Javier Botet, Antonio de la Torre, Tusti de las Heras, Javier Gutierrez, Javivi, Tomás Pozzi, Martiño Rivas, Alberto San Juan, Santiago Segura, Adriana Ugarte, Tristán Ulloa, Silvia Marsó o Julián Villagrán. La película se ha hecho prácticamente sin presupuesto y eso que a priori puede resultar un inconveniente, tiene su lado positivo y es que el no estar presionado por una productora que busca un producto rentable y mayoritario, puede hacer lo que realmente quiera independientemente de los gustos de un público acostumbrados a relatos más convencionales. Gente en sitios es una flor extraña que dentro de poco podremos ver en las pantallas de cine, el estreno será el día 20 de diciembre y una película como esta no se puede presentar de cualquier manera. Todos los días en todas las sesiones en Madrid y en Barcelona estará alguno de los actores de la película, además se darán un código para ver en Filmin una película de un listado propuesto por el director. Para los que no vivan ni en Madrid ni en Barcelona o alguna otra ciudad en la que se estrene en Enero saldrá la película en DVD en una edición básica y un pack exclusivo de vente en la FNAC que incluirán otros trabajos como su anterior película Dispongo de Barcos protagonizada por Antonio de la torre y El señor.
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