jueves, 12 de marzo de 2015

Crítica: Negociador de Borja Cobeaga


Tras 'Pagafantas' y 'No controles', llega el turno de la tercera película como director de Borja Cobeaga: 'Negociador', una película arriesgada sobre las negociaciones entre el gobierno Vasco y ETA que tuvieron lugar en 2005 y 2006.


Después del éxito cosechado por 'Ocho apellidos vascos', el coguionista vuelve, una vez más, a la comedia. Con 'Negociador', Borja Cobeaga ha decidido dar un paso y arriesgarse a la hora de escribir este largometraje: ha intentado crear una comedia seria, intentando dejar de lado los chistes facilones y buscando la risa del espectador mediante situaciones más complejas. Se agrade este inmenso trabajo, pero he de decir que no le ha salido del todo bien, ya que el momento más hilarante es, justamente, durante un gag con chiste incluido. Esto da la sensación, al tratar un tema tan serio como es una posible tregua de ETA, de que Cobeaga no tiene muy claro cuál es el tono que quiere darle a su película. Esto y un desarrollo algo lento y errático es lo que lastra esta obra que, por lo demás, está a la altura del resto de sus películas. Los personajes, dentro de un marco muy reducido, están bien construidos y son coherentes consigo mismos, haciendo que nos identifiquemos con todos y cada uno de ellos.
Pero hay uno en particular, que es el del protagonista, que consigue desde el segundo uno que queramos que consiga conquistar su objetivo. Un tanto torpe, patoso y bonachón, el papel le va a Ramón Barea como un traje hecho a medida. El actor dota al negociador de unos matices muy ricos y le da vida de una manera que pocos actores podrían haberlo hecho. El resto del reparto, con Josean Bengoetxea y Carlos Areces como portavoces de la banda terrorista y Melina Matthews como traductora del intermediario, están casi a la altura de Ramón Barea. Se agradece la presencia de Carlos Areces, ya que hace que la obra de Borja Cobeaga parezca más la comedia que debería haber sido.



'Negociador' no es una comedia como tal, y al público objetivo del director y guionista le costará asimilarla, lo que supone un pequeño pinchazo en su carrera dentro del mundo de la comedia en el panorama español. Nada que no se arregle con su próxima película como guionista: 'Súper López'. Los que vayan al cine con la idea de ver una comedia al uso, como cualquiera de sus otras películas u 'Ocho apellidos vascos', saldrán de la sala decepcionados. Sin embargo, quien busque una comedia más inteligente acabará más o menos satisfecho.

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