viernes, 11 de septiembre de 2015

Crítica: B de David Ilundain


B nació en el teatro del Barrio como una representación que nos mostraba parte del proceso judicial contra Bárcenas. No llevaba a una de esas largas sesiones en las que tanto el juez Ruz como varios de los abogados de las acusaciones particulares interrogaban al acusado para descubrir algo tan sencillo como la verdad entre tanto engaño. El texto es la transcripción literal de sus palabras, se trata de la cruda realidad. La obra que sigue en cartel y que está de gira es ahora una película gracias al esfuerzo de su director y del apoyo de casi 600 mecenas. Ellos han hecho posible que en menos de dos semanas B se pueda ver en cines. De la historia de Bárcenas y sus papeles conocemos los detalles por lo que se ha filtrado a la prensa. Toda esta información siempre es desde el punto de vista de quien la cuenta. Tenemos unos medios de comunicación poco parciales que cuentan la feria como le ha ido. Aunque existe una verdad cada uno pone el acento en un aspecto distinto de la historia. Lo novedoso de B es que nos muestra de una forma directa lo que ha pasado de la boca directa de uno de sus protagonistas más importantes. Es cierto que hay que tener en cuenta las circunstancias. Está hablando ante un juez y que lo que declare tiene que servirle como defensa con lo que no dirá cosas que le puedan poner en una situación complicada o le perjudiquen. Conocemos aquí su versión y es difícil que conozcamos la versión de la otra parte, porque han hecho todo lo posible para ocultarla. Lo que hace bastante creíble el relato de Bárcenas es que es alguien que se siente traicionado por los suyos y todo lo que cuenta encaja bastante con lo que conocemos además tampoco es demasiado complaciente consigo mismo. Quizás consciente de que está en una situación complicada y que es difícil que salga impune prefiere repartir las culpas y así salir beneficiado.


La película reproduce la sesión y aunque nos la presenta como un relato de ficción es cierto todo lo que pasa. La mirada del juez Ruz es la mirada del espectador que ante un Bárcenas crecido escucha un relato completamente increíble de la impunidad con la que se actuaba, cómo hacían todo lo posible para incumplir la ley y cómo hasta ahora habían conseguido que no pasara nada. El gran problema es que quienes incumplen la ley son los mismos que la legislan, quienes hacen las leyes son los primeros que no las cumplen. La historia es lo suficientemente impactante como para dejar indiferente a nadie. Todo es tan increíble, tan cutre, tan falso que nos movemos entre el asombro, el cabreo o simplemente la risa. En el preestreno con Días de cine hubo algún que otra reacción de risas por parte del público, pero no porque hacha chistes ni gags sino porque la realidad es tan asombrosa que resulta inverosímil. Los actores principales hacen un gran trabajo a la hora de acercarse lo más posible a los personajes que interpretan. Es fácil ver a Luis Bárcenas detrás del gran actor que es Pedro Casablanc así como Manolo Solo aunque en su caso sí que no hay un parecido tan grande con el de la realidad. Sin llegar a ser un documental sí que es cierto que la cámara tiene un enfoque realista, busca algo tan complicado de conseguir cómo es que la visión de lo que acontece resulte natural. Eso no es tan sencillo como parece y hay un gran trabajo de planificación de escena, pero el trabajo de David Ilundain hace que lo importante sea el mensaje y no el medio. Es una película necesaria porque aunque creamos que lo sabemos todo de esta historia B nos da una visión distinta. El mayor problema que le puedo ver a esta película es que nos podamos quedar con que es una obra de ficción y no es algo real. Quizás esta película tenga más de verdad que muchas noticias y muchas informaciones que salen en la prensa y en la televisión y que algunos dan por válida. Una cinta más que recomendable para quienes les guste la política y saber de la actualidad, para los que les guste las películas con grandes interpretaciones y a los que les gusta la verdad y la justicia por encima de todo. 


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