viernes, 27 de noviembre de 2015

Crítica: El viaje de Arlo, de Peter Sohn

Tras sufrir un retraso de más de un año y cambiar de director, de aspecto visual y después de un gran cambio en la trama, llega a los cines la nueva película de Pixar: 'El viaje de Arlo'.


En 'El viaje de Arlo' podremos descubrir desde la ternura más absoluta qué habría pasado si el meteorito que desencadenó la extinción de los dinosaurios al chocar contra la Tierra hubiese pasado de largo. Arlo es un apatosaurio que convive con su familia, dedicada al cultivo de maíz para sobrevivir a los duros inviernos. De repente Arlo acabará separado de su familia y, junto a un cachorro humano, emprenderá el viaje de vuelta a casa. Lo primero que hay que decir de esta nueva película de Pixar es que parece más de Disney que de Pixar. El guión es efectivo y emotivo, pero le falta esa profundidad característica de las películas de la compañía del flexo. Quizá influya el, entre comillas, mal momento en que se estrena: después de 'Inside out', una de los trabajos más maduros y complejos de la productora, y un gran éxito. Esto hace que 'El viaje de Arlo' parezca más simplona de lo que es. Como ya he dicho antes, es efectiva, es emotiva y más de una vez nos descubriremos queriendo abrazar a alguno de los personajes. Curiosamente algunos de los secundarios tienen más matices que los protagonistas, Arlo y Spot, y parecen estar mejor construidos. Pero esto es sólo una sensación pasajera, ya que los secundarios son más estrafalarios, y por eso llaman más la atención que Spot y Arlo. De esta extraña pareja iremos descubriendo su personalidad –no la evidente, sino los pequeños matices– durante toda la película. Lo peor, sin duda, es el desarrollo previsible de la trama. Vale que es un viaje y que queda claro cuál es el objetivo desde el principio de éste, pero podrían haberse arriesgado metiendo algún giro de guión. Sin embargo, lo que hay será más que suficiente para los más pequeños, ya que es una aventura con personajes entrañables, escenas de acción entretenidas y una moraleja muy dulce.
Mucho se ha hablado del apartado técnico de 'El viaje de Arlo'. Es, simplemente, sobresaliente. Si en 'Brave' ya mostraron su poderío con los rizos rojizos de Mérida, en este viaje se empeñan en crear los escenarios más fotorrealistas vistos hasta la fecha en una película de animación. La cantidad de detalle es tal que a veces da la sensación de que los paisajes mostrados son reales y que han metido a los personajes en postproducción. Pero esto no sería tan destacable si no fuera por la preciosísima iluminación. Es, sin duda, una de las más cuidadas por Pixar hasta ahora. Algunas secuencias están tan bien iluminadas que podría cogerse un fotograma aleatorio, ponerlo en un marco y colocarlo en un museo.  Otro punto fuerte es la música, que refuerza la historia de manera notable. Compuesta por Jeff y Mychael Danna, autores de, entre otras, la banda sonora de 'La vida de Pi', '500 días juntos' o 'Pequeña miss Sunshine.



'El viaje de Arlo' es un éxito casi asegurado que gustará a los más pequeños, y que conseguirá emocionar a los padres.

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