viernes, 4 de diciembre de 2015

Crítica: El puente de los espías, de Steven Spielberg

La expectación que levanta cada nueva película del peso pesado de Hollywood es indiscutible, y con su último trabajo, 'El puente de los espías', no iba a ser menos. Steven Spielberg vuelve tras 'Lincoln' con una historia de espías y negociadores con buenas intenciones.


Basada en hechos reales, 'El puente de los espías' narra la odisea de James Donovan para recuperar a un espía norteamericano durante la Guerra Fría. El guión ha sido escrito por los hermanos Coen junto a Matt Charman, y si a esto le sumamos la dirección de Spielberg podríamos estar hablando sobre una de las mejores cintas del año. Por desgracia, la película está bastante lejos de ello. El guión es bastante irregular, con algunas secuencias llamativas y otras bastante simplonas y sin chispa. A pesar de no dejar un momento de respiro, ya que durante toda la película se suceden suficientes escenas como para no aburrir al espectador, acaba siendo todo demasiado previsible, plano y azucarado. En pocos momentos se alcanzan la tensión o el drama necesarios para interesarnos al completo por lo que le pasa Tom Hanks, y esto es una pena. Además, el conjunto desprende un patriotismo norteamericano que en algunos momentos echa para atrás al espectador. Sólo hay un personaje que resulte interesante en la película, y ni siquiera es el protagonista. Se trata del espía soviético interpretado por Mark Rylance. Es el que tiene más matices, el personaje más creíble de todos los que pueblan 'El puente de los espías'.
Si algo bueno tiene esta película, y eso se sabe incluso antes de verla, es el apartado visual. Steven Spielberg realiza con muchas florituras, pero de manera precisa y elegante. Los movimientos de cámara -a veces innecesarios, a veces espectaculares- toman el control de la película desde el primer plano. Y si la realización es elegante, más lo es la dirección de fotografía, que cuenta con algunos momentos realmente preciosos. El trabajo de dirección de actores es irregular, ya que algunos -Mark Rylance y Tom Hanks- destacan positivamente, y otros no tanto. La música, compuesta por Thomas Newman, cumple su cometido en todo momento. El compositor deja su marca en algunas de las composiciones.



'El puente de los espías' era una oportunidad de volver a ver al Spielberg de antes, al que estaba en plena forma, pero se queda en una película muy convencional y poco arriesgada. Esperemos que su nuevo proyecto sea algo más desenfadado y menos intenso, porque este Spielberg no es el mejor.

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