viernes, 26 de febrero de 2016

Crítica: Anomalisa de Charlie Kaufman

El ganador del Oscar Charlie Kaufman se pone a los mandos de la que es su tercera película para darnos algo menos marciano pero con muchísima alma: 'Anomalisa'.


Michael Stone, el protagonista de 'Anomalisa', es un escritor de libros motivacionales que ha perdido el interés en todo: todas las personas le parecen igual, incluso la voz de absolutamente todo el mundo es igual.  Michael llega al hotel de la ciudad donde dará su próximo congreso y, sin esperarlo, encontrará algo que le haga replantearse su vida. Con esta sencilla premisa Charlie Kaufman firma un drama pausado, profundo, emotivo y sincero que habla sobre la soledad que puede llegar a sentir alguien a pesar de estar rodeado de gente que le aprecia y admira. Los diálogos, en la superficie, pueden parecer sosos, incluso irrelevantes, pero a poco que el espectador tenga un mínimo de sensibilidad percibirá un subtexto rico y lleno de matices.  Es curioso que todos los personajes, ya tengan una sola línea de diálogo o un monólogo, estén tan bien construidos. No puedo decir mucho más de esto sin contar una parte –clave, me atrevería a decir– de la película que es una gozada descubrir siempre y cuando el espectador no haya visto el tráiler. Sólo añadir que es increíble cómo un guión consigue humanizar y dar vida a los muñecos con los que está hecha la película.
Podría dar la impresión de que la utilización de la animación para esta película no es más que un alarde, pero nada más allá. El reto de dotar de vida a las marionetas y hacerlas más reales que a muchos de los actores de carne y hueso que llenan pantallas es grande, y personalmente no puedo imaginar 'Anomalisa' siendo una película con actores reales. Los actores de doblaje están de diez en sus interpretaciones, todos ellos. Se nota la mano de Charlie Kaufman a la hora de haber sido dirigidos, ya que teniendo una conversación banal consiguen expresar con la voz infinidad de sentimientos. Y si ya he dicho que el guión y los actores están sobresalientes, la planificación y la dirección de fotografía, y el trabajo de animación, no se quedan atrás. Cada plano podría ser expuesto en un museo, ya que tanto la composición como la iluminación, de Joe Passarelli, hacen de ésta una película tremendamente estética con unos movimientos de cámara tan trabajados que es un gusto verlos. Los muñecos tienen un solo pero, y es la división horizontal que tienen a la altura de los ojos. Al cabo de un rato el espectador deja de fijarse en ese detalle, pero al principio cuesta olvidarlo. El diseño de los escenarios y la paleta de colores elegida encajan perfectamente con la dirección de fotografía.



'Anomalisa' es uno de los guiones más sencillos de Charlie Kaufman, pero siendo, a su vez, de sus mejores trabajos por la sutilidad con la cuenta el periplo de Michael Stone. Una delicia extraña y fascinante a partes iguales no apta para todos los públicos.

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