viernes, 25 de marzo de 2016

Crítica: O los tres o ninguno de Khieran


El actor, cantante y comediante Nouchi Tabib, más conocido como Kheiron, nos trae su primera película como guionista, director y protagonista basada en la vida de su padre y el largo camino que recorrió con su familia huyendo del Irán de finales de los setenta hacia París.


Al empezar la película, y si no se ha leído mucho de ella, nos encontraremos con lo que podría ser una buena comedia con personajes entrañables y carismáticos que vivirán situaciones hilarantes. Pero poco a poco veremos que, además de ser una buena comedia, 'O los tres o ninguno' es también un drama duro que dejará al espectador pegado a la silla. El protagonista sufrirá y luchará los horrores de una dictadura con un optimismo inspirador. Hemos visto esta misma combinación, por ejemplo, en la memorable 'La vida es bella'. Por suerte Kheiron le da la suficiente personalidad a su película como para que éste sea el único punto en común, creando una obra emotiva que nos hará reír, llorar y horrorizarnos. Al estar basada en hechos reales el espectador conectará –entre otras razones– con el protagonista y los personajes principales. Kheiron ha cogido la historia de sus padres y la ha transformado en un guión emotivo aunque con algunas idas y venidas que nos hacen no saber muy bien si estamos ante una sola película o ante varias, porque trata una gran variedad de temas. A pesar de esto los personajes están escritos con mimo y eso se nota.
A la hora de realizar, Kheiron no se arriesga demasiado. Es cierto que es una película muy bien planificada, y en algunos momentos incluso sorprende con planos tan estéticos como efectivos, pero a veces se nota que es un director novel. De todas maneras ésta no es una película que necesite florituras excesivas tras la cámara para ser efectiva. Pero si en algo destaca 'O los tres o ninguno' es la dirección de actores. Todos y cada de ellos, por grande o pequeño que sea su papel, están excelentes. Podría hablar de cualquiera de ellos y dedicarles párrafos, pero voy a limitarme a las interpretaciones de Leïla Bekhti y el propio Kheiran, los cuales hacen una pareja genial. Ambos están contenidos, pero desbordantes, y ofrecen el sentimiento necesario en cada plano. Sin sus interpretaciones –y sin Kheiran en general– ésta podría haber sido una película más sobre la dictadura iraní, o sobre la inmigración, o sobre la adaptación a una nueva vida y cultura.



'O los tres o ninguno' es una buena comedia, un buen drama, una película muy bien interpretada, pero sobre todo es un homenaje precioso a la luchadora familia y entorno del director.

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