viernes, 11 de noviembre de 2016

Crítica: El último acto de János Edelényi



El trabajo de actor es más que una profesión, es una forma de vida que proporciona algo que muchos de nosotros no podremos hacer, tener más de una vida, ser otras personas y ponernos en la piel de gente tan diferente a nosotros y experimentar emociones y vivencias que nuestra finitud y corta existencia nos impediría tener. La historia de esta pelicula gira en torno a un actor mayor al que da vida Brian Cox que tiene más pasado que futuro y que ya es poco lo que le queda. Ya no tiene la misma vitalidad que antaño y no puede valerse por sí mismo, así que su hija le busca una ayudante y contrata a una joven que desea ser actriz y lo de cuidadora es una manera provisional de ganarse la vida. Dorottya es la joven hungara que deberá cuidar al viejo actor y como en muchas historias parecidas el conflicto entre ambos personajes es algo que se veía venir. Las dos personalidades chocan, Sir Michael es demasiado orgulloso como para reconocer que necesita ayuda y Dorottya tan sólo busca hacer su trabajo lo mejor posible. Los dos están condenados a entenderse y a ayudarse, al fin y al cabo les une una profesión y un amor por la interpretación. La película se mueve en la comedia y con los pocos elementos con los que el director se mueve hacen una historia divertida en la mayoría de las ocasiones pero también emotiva. Hay muchos actores que con la llegada a una edad y cada vez con una salud más debil han empezado a dejar de aparecer ya no sólo en películas o en teatro sino en la vida pública. Desaparecen y no se saba nada más de ellos hasta que se mueren o alguien decide recupearlos. ¿Quién sabe dónde está gente como Sean Connery que ya tiene 86 años y cuya última película es del 2003 o Jack Nicholson que hace seis años que no aparece en una película? Sir Michael no quiere desaparecer, o por lo menos no hacerlo de una forma silenciosa. 


Brian Cox hace un trabajo impresionante con un papel bastante complicado. Es un actor que ha tenido una larga trayectoria en teatro y en el cine ha participado tanto en grandes producciones como Troya o El mito de Bourne como en películas más modestas como Mindscape, Adaptation o Match Point de Woody Allen. Es complicado porque es complicado lo desnudo que se muestra, no es una desnudez física sino emocional, cómo muestra el deterioro de su personaje con un realismo que nos hace pensar hasta qué punto puede tener de verdad. Para un actor debe ser duro envejecer, puede que mucho más que para los demás. Su imagen de cuando eran jóvenes y hermosos y podían con todo está grabada no solo en el celuloide sino en la memoria de la gente. Enfrentarse a una versión envejecida no debe de ser fácil. Los actores siempre tienen presente ese momento de esplendorosa juventud y es por lo que lo reconocen. Sir Michael y Brian Cox tienen muchas cosas en común y parece que pasa lo mismo con Dorottya y Coco König que es la actriz que le da vida. Este ha sido su primer papel en el cine. Es una gran película que nos ofrece una gran historia y unos buenos personajes encarnados por dos grandes actores. 


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