viernes, 14 de octubre de 2011

Crítica: El sueño de Iván de Roberto Santiago



Hay muchos que piensan que el fútbol es un deporte embrutecedor, que saca lo peor de cada uno y que no fomenta ni la cultura ni valores positivos. El cine ha servido para mostrar que todo esto es falso o por lo menos que no refleja la realidad completa. El sueño de Iván es uno de esos casos, en lo que el deporte de la pelota sirve de catalizador de la solidaridad y de las preocupaciones que unos niños tienen ante una tragedia sucedida en África. Los niños desean colaborar en la reconstrucción del país mediante la organización de un partido solidario en el que competirán una selección de los mejores jugadores de fútbol y una selección de niños de todas las nacionalidades, curiosamente dos serán españoles, nuestro Iván y su gran rival en la vida y en el fútbol como es morenilla.


A Iván, el protagonista de nuestra historia, le apasiona el fútbol y su interés amoroso por su amiga Paula, aún más fanática del fútbol si cabe, le llevan a presentarse a las pruebas para el equipo internacional de niños. Seguramente no sea el mejor jugador pero tiene algo que los demás no tienen y es visión global del juego y unas dotes de líder que hacen que a pesar de todo sea elegido como uno de los jugadores niños. Su sueño de ser el vencedor y de conquistar el corazón de su amiga puede cumplirse.

Por lo general las películas que están pensadas para la familia pecan de demasiado infantiles, personajes planos que no evolucionan e historias vacías. Este no es el caso, Roberto Santiago ha construido una fábula moderna que con el fútbol como punto de partida nos cuenta las dificultades de los niños a la hora de enfrentarse a los problemas del corazón y a los problemas cotidianos de la vida, cuestiones que no solo no se solucionan cuando uno es adulto sino que se multiplican. Que Iván y su entrenador Torres vivan historias paralelas no es casualidad, a ambos se les cuestiona en su trabajo y tienen dudas en el amor. El mundo de los niños y de los adultos nunca había estado tan unido, respetando cada uno sus propias particularidades. A los niños les gustará porque querrán ser como Iván y vivir una historia como la suya y los padres que acompañen a sus hijos o sobrinos disfrutarán de una historia con la que se podrán sentir identificados.


Iván no está solo y cuenta con una gran cantidad de amigos que le servirán de apoyo. Muchos personajes secundarios que ponen su granito de arena a la historia como la madre del protagonista, la divertida Cristina Alcázar, un genuino y rotundo Antonio Resines como el  abuelo de Paula o una de las pequeñas perlas de esta película como es el dúo formado por Fernando Tejero y Ernesto Alterio como dos comentaristas deportivos que a los largo de la historia va narrando la historia del partido. Como dos primos de Epi y Blas dan el gran toque de humor y cierto surrealismo. No podemos olvidarnos del entrenador Torres que lo interpreta el gran actor mexicano Demian Bichir que da el punto canalla y gamberro a la historia. Aparentemente es un rebelde que nada a contracorriente pero que con métodos poco convencionales buscará la victoria de los niños a los que entrena con pasión. Ana Claudia Talancón, como Amy el enlace de la FIFA es quien le podrá cierta cordura y buscará el equilibrio.

En definitiva, una historia hecha con corazón que demuestra que los niños no son tan diferentes de los adultos y que si se les da la oportunidad pueden hacer grandes gestas y medirse con los más grandes. 

El sueño de Iván se estrena el 14 de octubre 

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