viernes, 9 de octubre de 2015

Crítica: Yo, él y Raquel, de Alfonso Gómez-Rejón


Un premio del jurado y otro del público en Sundance: hablamos de 'Me, Earl and the dying girl', o lo que es lo mismo 'Yo, él y Raquel' en castellano. Sólo con esa información sabemos que ésta es, como mínimo, una buena película. Pero es que estamos ante una adaptación homónima
que es mucho mejor de lo esperado.


Greg, un estudiante en su último año de instituto, intenta pasarlo lo más anónimamente posible. Junto a Earl, se encarga de hacer películas en secreto. Pero un día su madre le obligará a pasar una tarde con Rachel y todo cambiará. Ésta es una premisa que hemos escuchado, con algunas variantes, miles de veces. Entonces ¿qué hace especial a 'Me, Earl and the dying girl'? Todo. Todos los personajes están construidos a conciencia y con mucho cariño, incluso aquéllos que sólo tienen una frase y no vuelven a salir. Si ellos tienen personalidad, imaginad los protagonistas: son personajes profundos y complejos con claroscuros que hacen que nos caigan bien y les amemos u odiemos según el rato, tal como pasaría con una persona real. Si los personajes son un pilar fundamental, el humor es otro igual de resistente. Mediante situaciones de lo más curioso y frases mordaces, 'Me, Earl and the dying girl' nos sacará más de una carcajada. Por suerte, a pesar de tratar un tema tan serio como el cáncer, no se han limitado a un humor condescendiente y van un paso más allá, aunque quedándose siempre en el terreno del humor buenrollero y respetuoso. Y no sólo en los momentos cómicos, sino en los dramáticos. He aquí otro de los pilares esenciales: el drama. Está tan bien escondido entre las carcajadas que el espectador casi lo pasará por alto, pero entonces le golpeará con fuerza. 
El director, Alfonso Gómez-Rejón, hace de la realización algo más que colocar la cámara: favorece con planos poco comunes la narración, y cuando ésta lo pide pasa a planos estáticos y más clásicos para ayudar a los actores. La planificación tiene tanta personalidad como cualquiera de los personajes, y esto es algo que se agradece en una película indie. La dirección de actores es otro punto a favor, ya que entre el talento de estos y el director consiguen dar vida a los personajes de una manera increíble, brillando en todo momento. Tomas Mann como Greg, el narrador de la historia, Ronadl Cyler II como Earl, el amigo de Greg, y Olivia Cooke como Rachel, la chica moribunda, hacen un equipo en el que hay tanta química que se podría pensar que son amigos desde hace años. Olivia Cooke está especialmente carismática: no deberíamos olvidarnos de ella porque llegará lejos con esa mirada fascinante y su talento arrollador.



'Yo, él y Raquel' es una película tierna que conmoverá a todo el que se adentre en el universo particular de los protagonistas y se deje seducir por su historia. Una de las películas más recomendables y estimulantes de la cartelera, sin duda. Sólo espero que acabe teniendo el reconocimiento que merece.

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