lunes, 21 de marzo de 2016

Crítica: La modista de Jocelyn Moorhouse


La modista es una curiosa película australiana que protagoniza la actriz británica Kate Winslet. La película cuenta el regreso de una exuberante mujer a su pueblo después de varios años. El pasado juega un papel muy importante y ella quiere saber si lo que recuerda es verdad o no. Todos la consideran la asesina de un niño y ella no se acuerda de si eso sucedió así. Vuelve para recordar y como venganza hacia todos lo que le hicieron daño al separarla de su familia. La niña vuelve como una gran mujer que tiene un gran talento para la costura. Es capaz de reproducir cualquier traje de alta costura con la única ayuda de su maquina de coser Singer. Su pequeño pueblo está lleno de prejuicios y de una mentalidad conservadora que choca con alguien que antepone la libertad personal. La forma que la directora se ha planteado contar la historia es totalmente similar a un western salvo que aquí el protagonista no es un vaquero, ni siquiera es un hombre, y los forajidos son los vecinos que no pondrán nada fácil la vida a la protagonista. La tensión, la búsqueda de la verdad y los roles son los mismos que en las películas de vaqueros. Incluso la música, el paisaje árido y las casas nos recuerdan a este tipo de películas. Pero esta no es la´única referencia cinematográfica con la que se nos presenta esta Modista. El personaje protagonista hace muchos guiños a las grandes mujeres fatales del cine negro americano, mujeres con un pasado trágico que con su belleza y su porte consiguen volver loco a cualquier hombre. Tilly conoce ese poder que tiene y lo utilizará de la mejor forma. Kate Winslet como la heroina tan particular de esta historia tiene aliados como enemigos. Entre los que le apoyan están una madre que no recuerda apenas lo que ha pasado y que poco le servirá para su empresa y un particular jefe de policía al que da vida Hugo Weaving y que tiene que ver más con su personaje en Priscilla reina del desierto, otro de los grandes éxitos del cine australiano, que con su personajes en Matrix o El señor de los anillos.


Aunque la película toque temas tan importantes y serios como son la familia, el poder del pasado o cuestiones como el respeto y la justicia la directora lo hace con un tono desenfadado sin que por eso le quite valor al asunto. En los momentos en los que toca se pone seria y busca redimir a la protagonista. Aunque en algunos momentos pueda parecer una historia de venganza, también es una historia de redención. Tilly trae a un pueblo gris y triste un mundo de colores y de fantasía con sus ropas elegantes y vistosas. No todos están preparados para ese cambio y eso hace que las viejas rencillas vuelvan a salir a la superficie. El trabajo de los actores es impresionante. En cabeza una Kate Winslet que está en su mejor momento con trabajos tan importantes como en el biopic de Steve Jobs o como la mala en la saga de Divergente. Liam Hemsworth, el hermano de Thor, interpreta a un vecino que encuentra en Tillly una forma de salir del pueblo. Destacar también el trabajo de Hugo Weaving y de una casi irreconocible Judy Davis que interpreta a la desmemoriada madre de la protagonista. La película que la ha dirigido Jocelyn Moorhouse es la esposa de uno de los directores australianos más importantes, o por lo menos el más conocido,  como es Paul J Hogan que nos ha dado grandes alegrías con películas como La boda de muriel.  

No hay comentarios:

Publicar un comentario