viernes, 10 de junio de 2016

Festival de cine Alemán 2016 - Día 1




Una de las muestras de cine más consolidadas de Madrid llega a su mayoría de edad. Es la mejor forma de conocer el cine que los jóvenes directores están haciendo sin olvidarnos de los directores consagrados como Doris Dörrie que inagura con Fukushima Mon Amour. La programación está formada por largometrajes y cortos de ficción, documentales sin olvidarse de los más pequeños. Hay un ciclo sobre el movimiento juvenil que han denominado como la movida berlinesa que se dio en los años 80. Ayer pudimos ver el documental Esto no es california pero veremos otras películas como Muerte a los hippie! Qué viva el punk, B. movie o Coming out y que tendrá como punto culminante una fiesta mañana viernes en el café Berlín en donde pinchará el director de cine y DJ Klaus Maeck. Aunque ya hay algunas que tienen distribuidora en España como la mencionada Fukushima, Mon amour o Mi vida a los sesenta esta será una de las pocas oportunidades que tendremos de ver algunas de estas películas. Merece la pena pasarse por los Palafox para descubrir una cinematografía que no suele llegar a las salas comerciales.




Entre las vistas ayer está Mi vida a los sesenta de la directora debutante Sigrid Hoerner. La esperanza de vida ha aumentado y ya no es tan difícil ver a personas que llegan a cumplir el centenario, por otro lado para muchos la vida laboral termina a los 60. El trabajo es más que una forma de ganarse la vida, es una rutina, una tarea, incluso algo que nos define como personas. Que algo tan importante termine hace que mucha gente entre en una profunda crisis como le sucede a la protagonista de esta película. Pero el tono que han dado para contar su historia y la de Frans es el de la comedia. Frans se resiste a envejecer y busca en la compañía de mujeres mucho más jóvenes. Es difícil hacerse mayores en una sociedad en la que prevalece la juventud y se gasta más en intentar frenar la vejez en los cuerpos que en frenar otros problemas más graves como la demencia que afecta a la memoria y a algo más profundo de lo que somos. Mi vida a los 60 es ante todo una comedia más o menos ligera que cuenta con una pareja protagonista realmente buena. Muy recomendable. Para los que no podáis verla en Madrid llegará a estrenarse aquí. 


Fukushima mon amour de la directora Doris Dörrie es una película que nos cuenta el viaje de una joven alemana a Japón después de un profundo cambio en su vida. Irá a Fukushima, lugar en el que hubo el accidente en la planta de energía nuclear para hacer la vida más fácil a los pocos residentes que quedan allí. Lo que va a hacer la joven Marie es ayudar actuando y actuando más en el alma que en el cuerpo, pero las cosas no le van a ser tan fáciles como pensaba. La cultura japonesa es muy especial y allí se encontrará con Satomi, una mujer que es completamente distinta a ella. Lo ha perdido todo y comparten esa soledad. Satomi que es geisha es elegante, refinada, en cambio Marie es más bruta, con pocos modales pero con una gran capacidad de aprender. Con una hermosa fotografía en blanco y negro y con el trabajo de dos grandes actrices esta es una de las mejores películas de este año.


La última de las vistas en este primer día ha sido Ha vuelto de  David Wnendt y que es una adaptación de la novela de Timus Vermes. Nos propone un ejercicio de ciencia ficción que nos propone imaginarnos qué pasaría si Hitler regresara y se encontrara en la actual Alemania de Angela Merkel, ¿cómo recibirían los alemanes su discurso, le rechazarían o le volverían a dar su apoyo? Por unas circunstancias acaba en la televisión y ante sus palabras la gente se lo toma en broma y acaba siendo uno de los tertulianos más famosos de la televisión. Todo el mundo se lo toma como un gran chiste y nosotros espectadores de la película también. Es todo tan absurdo y delirante como para tomárselo en serio, hasta que la broma termina y todo se vuelve demasiado real, y del mismo modo que sucedió en el 33 parece que todo vuelve a empezar. Quizás ahora ya los judíos no sean las víctimas pero se criminaliza a los inmigrantes y se les acusa de destruir el país. Siempre son los demás y los más desvalidos los que causan los problemas. Parece una comedia trivial pero no lo es, detrás de las gracias y de las bromas hay una realidad a la que no queremos ver porque nos parece demasiado lejana. Hay partidos que defienden las mismas tesis que el partido nazi pero su mensaje lo hace de tal forma que nos resulta atractivo y quizás cuando veamos la realidad de sus palabras sea demasiado tarde y se nos borre la sonrisa de la cara. Esta película juega con los dobles, un juego de espejos cinematográficos que es realmente genial. Nos enfrenta al Hitler real con los Hitler que han aparecido en el cine, y sí, también hay una referencia a la película El hundimiento. Para los que no la podáis verla en el cine, sabed que está disponible en la plataforma Netflix

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