miércoles, 7 de diciembre de 2016

Crítica: Paterson de Jim Jarmusch



El director americano Jim Jarmusch regresa a los cines con dos películas, el documental Gimme Danger. La historia de The Stooges y Paterson. Paterson además de la ciudad en la que viven los personajes es el nombre del protagonista. A lo largo de una semana viviremos con el la magia y la poesía de la cotidianidad y de la rutina. Es un conductor de autobuses que viven con una novia que se dedica a hacer trabajos en casa. Pero su existencia no se limita tan sólo a su trabajo, tiene una vida en la que escribe poesía y en la que tiene una relación especial con su pareja y con otros personajes del barrio como el dueño del bar al que acude diariamente cuando va a paser al perro. La historia se basa en la repetición de la vida diaria pero buscando esas pequeñas diferencias y cambios que hacen que cada día sea especial y único. Paterson es el actor Adam Driver que aunque para la mayoría sea el hijo desagradecido de Han Solo es mucho más. Su aspecto poco convencional llena un personaje al que se le toma cariño. 


No hay una gran historia, sólo los momentos de una vida, una pequeña porción de vida que tiene su encanto. Ahí yo creo que tiene el encanto la película, en conseguir que a través de un personaje normal y una trama bastante sencilla se consiga un relato emocionante y lleno de poesía. Una gran película que viene en un formato pequeño. Me resulta complicado hablar de esta película, igual me pasa con las de Wes Anderson, que me apasionan pero realmente no sé explicarme por qué. Simplemente recomiendo que la veiais y que la disfruteis igual que yo.


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