miércoles, 12 de julio de 2017

Crítica: Tom of Finland de Dome Karukoski


Tom of Filand es un artista cuya obra es una expresión de unos deseos que en su época estaban perseguidos y reprimidos. Cuando Tom of Finland (o Touka laaksonen como realmanente se llamaba) es bastante antes de la primera revuelta por los derechos de los homosexuales y los transexuales que se recuerda cada 28 de junio. La homosexualidad se vivía como un delito, una enfermedad a castigar y reprimir. Se vivía de una forma clandestina y culpable. Lo que hizo Tom of Filand era dar visibilidad a esos hombres que vivían parte de su vida fuera de los convencionalismos de su época. Empieza siendo un héroe de guerra para acabar siendo un referente en la lucha por los derechos de los homosexuales. Su intención primera no era reivindicativa, no pretendía meterse en ninguna lucha. Simplemente lo que buscaba era tener una vida sexual completa y dibujar sus fantasías para compartir con otras personas a las que les pudiera gustar. A lo largo de su camino se encontrará con gente que hará ver la importancia de la lucha y la defensa de los derechos para no vivir siempre en la oscuridad. 


La película no se trata tan sólo de una historia de la vida de este artista sino de cómo la sociedad va cambiando y cómo se ha cambiado la percepción de los homosexuales. De prácticamente delincuentes a simplemente personas más que no merecen más que respeto y un trato no discriminatorio. Touko es un personaje que va evolucionando y dejando en los demás una profunda impresión gracias a su arte. Aunque sea de forma clandestina y en circuitos alternativos como revistas pornográficas. Pero al fin y al cabo lo importante es que llegue al público al que está destinado. Los dibujos de Tom of Finland pueden resultar demasiado explícitos o quizás de mal gusto. Son estereotipos masculinos en unos momentos de sexo que representa más fantasías que posibles realidades. Policías con hombres detenidos teniendo sexo en los calabozos, motoristas, marineros … Pero para aquellos que viven con miedo y frustrados por una sexualidad no aceptada socialmente sus dibujos resultaban además de sexualmente estimulantes, catárticos porque veían que había alguien que no los veía como un enfermo o degenerado sino como alguien hermoso. Quizás este sea el mayor valor que pueda tener su obra a día de hoy. 


No es habitual que se estrenen películas finlandesas en España, pero el personaje protagonista es tan conocido mundialmente que era normal que llegara a las carteleras. La película es emocionante y expresiva. El protagonista, el actor Pekka Strang hace una increíble interpretación con una gran transformación. La película va desde su juventud hasta prácticamente nuestros días. Muy interesante y recomendable. 

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