lunes, 6 de noviembre de 2017

Nocturna Madrid 2017 - Sábado

Phantasm, de Don Coscarelli (1979).


La talla del espectador se mide en muchas ocasiones al enfrentarlo a un clásico. Phantasm (Phantasma en nuestro país) es un título que hay que comprender mediante su entorno, haciendo un esfuerzo notable por desenfocar el presente y abarcar tanto su historia como producción como la época en la que se presentó por primera vez. Una época de cine artesanal, con una fértil simiente para la invención de artilugios y efectos especiales. Aprovechando el marco incomparable del premio que le brindó el festival Nocturna, pudimos disfrutar de nuevo de esta obra de Don Coscarelli, que es una oda a la inventiva, al no poner límites a esta interesante mezcla de dos géneros como son la ciencia-ficción y el terror.


Phantasma nos cuenta la historia de unos extraños sucesos que se suceden en una pequeña localidad de los Estados Unidos, donde Jody, un joven de la población, asiste a un extraño fenómeno posterior a un enterramiento, donde el sepulturero recupera del suelo una tumba de un fallecido reciente.


No voy tampoco a poner por las nubes esta película. Hay fallos, actuaciones que en algunos casos no convencen demasiado, y bastantes agujeros en el guión. No se explican muchas cosas, y deja mucho espacio al espectador para que rellene con lo que crea conveniente. Pero es cierto que es una de las precursoras del género del terror, con un villano mítico que repetiría papel en el resto de las, asombrosamente, cinco siguientes entregas (algunas más obviables que otras).


Afortunadamente, la versión proyectada de la película es un remaster realizado con la ayuda de la productora Bad Robot (JJ Abrams), que ha afinado estupendamente la versión, que, en palabras del director, “se ve mejor que cuando la rodé”. Mención especial a la interesante banda sonora de sintetizador.

Y sobre todo subrayar que es un clásico, y que, si le apetece ver otra película de este pedazo de director, tiene donde elegir: El señor de las Bestias (como imprescindible película de fantasía), Bubba Ho-Tep (una más que sólida actuación de los protagonistas), o la que a mi personalmente me ha conquistado para toda la vida, John dies at the End.



Mom and Dad (2017), de Brian Taylor.

Brian Taylor es un director de emociones fuertes. Sus películas agitan al espectador, le provocan, le sugieren en ocasiones un erótico baile de tabúes. Este creador, que tiene en su haber títulos como Crank, veneno en la sangre, ofrece un plato no apto para todos los paladares. Pero una excelente inclusión en el festival de Nocturna.

Mom and Dad nos sitúa en la piel de una familia de clase media estadounidense, poniendo el foco en los hijos, que se ven obligados a sobrevivir una especie de “brote psicótico” que hace que los padres deseen matar a sus propios hijos a toda costa. Una premisa que resultará bastante dura, se ve afilada por una realización que no duda en usar el recurso del gore, y llevar a situaciones límite este planteamiento, para enfrentar al espectador con sus propios sentimientos profundos. Por ello, digo anteriormente que no es apta para todos los paladares, porque algunos de los que hayan sido padres quizá se vean incómodos ante este filme. Al salir de la sala yo mismo lo pude comprobar.

La factura técnica es correcta, enseñando pero no abusando de los planos duros, manteniendo una tensión que quizá se diluya en los minutos finales con duración añadida. Selma Blair como co-protagonista, hace una sólida y serena interpretación, en contrapeso a Nicolas Cage, que utiliza una aproximación más histriónica a su papel, pero igualmente efectiva.

Es una película dura, pero divertida para los aficionados al terror, con una idea interesante, bien desarrollada y que deja con ganas de más. No es ese gran título, pero es una buena manera de pasar el rato, y bastante bien facturada.



Another Wolfcop (2017), de Lowell Dean.

En esta ocasión, para el cierre de sábado, y además sesión golfa, Nocturna nos ofreció uno de esos filmes que son para verlos con amigotes, una cerveza, y ganas de risas. Una comedia de horror, con muy pocas pretensiones salvo hacer pasar un buen rato.

Another Wolfcop es la secuela de Wolfcop, un titulo de 2014, financiado a traves de Indiegogo y que tiene un intenso sabor ochentero. Recogiendo el testigo de la precuela, el protagonista de esta es un policía que se transforma en hombre lobo las noches de luna llena, pero sigue conservando su capacidad de mantener la ley y sale a perseguir delincuentes. Solo que, si los atrapa mientras es hombre lobo, se convierte también en juez, jurado y ejecutor. Muy ejecutor.

La premisa de esta segunda parte es que una millonario emprendedor instala una compañía cervecera en el pueblo, cuya economía está bastante deprimida. Sin embargo, tras este movimiento, se esconde un oscuro propósito, y nuestro hombre lobo policía junto a un pintoresco cuadro de compañeros de aventuras, deberán investigar los extraños sucesos que ocurren en la localidad.

Gore a raudales, bien filmada, ágil, divertida y sin pretensiones. Another Wolfcop presenta un respeto al género y un cariño por su producto claramente definido. Un film que solo tiene la pretensión de divertir y hacer pasar un buen rato.

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