viernes, 31 de octubre de 2014

Crítica: La sal de la tierra de Wim Wenders y Juliano Ribeiro Salgado


No es la primera vez que Wim Wenders nos trae un documental sobre otro artista. Antes que Sebastião Salgado en 'La sal de la tierra', nos trajo a la bailarina y coreógrafa Pina Bausch en 'Pina', el cineasta japonés Yasujiro Ozu en 'Tokyo-Ga' o Nicholas Ray en 'Relámpago sobre el agua'. Wim Wenders, junto a Juliano Ribeiro Salgado -hijo de Sebastião Salgado-, presentará al espectador el director del prestigioso fotógrafo a lo largo de su carrera.


Wenders se aproxima al trabajo de Salgado de una manera fascinante, transmitiendo tanto lo que siente él al ver las fotos como lo que sintió Sebastião Salgado al hacerlas gracias a la narración del propio fotógrafo. La belleza y fuerza de sus fotografías es arrolladora, y a pesar de parecer, en ocasiones, un Power Point, el espectador quedará fascinado al verlas y querrá saber más y más sobre Salgado. El propio fotógrafo o su hijo, codirector del documental, serán los entrevistados. Sebastião Salgado cuenta anécdotas de las distintas fotografías que van apareciendo en pantalla. Hablan, a su vez, de los viajes que hizo para llevar a cabo proyectos: de dónde sacó la idea, cómo lo hizo, anécdotas. Entre las diferentes fotografías Wenders nos mostrará diferentes paisajes y momentos tan bellamente fotografiados como las instantáneas que podremos ver durante la proyección.


Aunque de una belleza innegable, no podemos obviar dos puntos negativos: el intento fallido de disfrazar el documental para que no parezca el típico documental de bustos parlantes y que el hecho de que sólo estén entrevistados el fotógrafo y su hijo. Esto provoca que el documental caiga en una vía de sentido único en la que no se deja espacio para que el espectador cree su propia opinión sobre si el fotógrafo se aprovechó de la miseria o si, en cambio, tienen una parte humanista.

'La sal de la tierra' tiene unas imágenes propias muy potentes que complementan las fotografías de Sebastião Salgado a la perfección. Una delicia para los amantes de la fotografía que quieran saber más de este gran fotógrafo.

Crítica: Serena de Susan Bier


Tras El lado bueno de las cosas Bradley Cooper y Jennifer Lawrence se unen de nuevo para protagonizar 'Serena', de Susan Bier. La adaptación de la novela de Ron Rash cuenta la historia de George, copropietario de una maderera, y Serena su flamante mujer. Recién casados vuelven al campo para seguir haciendo crecer su imperio en medio de la gran depresión. Mientras que su carrera profesional parece un tren sin frenos, su vida sentimental va a peor.


'Serena' tiene un problema principal: parece una novela barata romántica comprada en una estación de servicio con poca oferta literaria. Otro problema grande es el ritmo: es lenta, aburrida. Nada, ni su pareja protagonista, ni la música, ni la planificación salvará al espectador de pensar en los recados que tiene que hacer al día siguiente. Y mientras los hace, no recordará haber visto una película llamada 'Serena'. Los que entren en la sala sólo por Bradley Cooper y Jennifer Lawrence se llevará una decepción tremenda, ya que la química vista entre la pareja protagonista en 'El lado bueno de las cosas' y 'La gran estafa americana' aquí brilla por su ausencia. Y no sólo hay falta de química, sino que además dan la sensación de haber interpretado esos personajes con desgana. Esto se extiende a casi todo el reparto, que excepto en algunas ocasiones soltarán sus frases pensando en los recados del día siguiente. Otro problema es intuir lo que va a pasar a continuación, pero que no importe demasiado al espectador. Puede que casi dos horas de película no sean suficientes para empatizar con Cooper o Lawrence, o puede que los personajes sean tan ajenos a nuestra forma de vivir que el espectador no consiga compartir sus motivaciones. Si hay que destacar algo bueno, sin duda sería la dirección de arte y la fotografía. Ambas consiguen introducirnos en el universo creado para la película que el guión en sí y los actores. La música es, también, un elemento muy importante que eleva la calidad de la película al suficiente raspado.

En definitiva: 'Serena' es una película sosa que dejará indiferentes incluso a los fanáticos de Jennifer Lawrence y Bradley Cooper.

jueves, 30 de octubre de 2014

Crítica: [·REC]4 de Jaume Balagueró


Tras la existosa y sorprendente '[·REC]', de mano de Paco Plaza y Jaume Balagueró, la llegada de '[·REC]2' era inevitable. Tiempo después de ser estrenada, Filmax dio la noticia de que aún quedaban dos entregas más -conocidas con el sobrenombre de 'Génesis' y 'Apocalipsis', esta vez dirigidas en solitario, y los fans de la saga no pudimos alegrarnos más. Paco Plaza nos llevó a la boda más caótica del cine, y Jaume Balagueró ha decidido con su '[·REC]4', sin el 'Apocalipsis' en España, que era hora de dejar el edificio y meternos en un barco junto a Ángela Vidal.


La secuencia de apertura nos da una idea sobre lo que nos encontraremos en '[·REC]4': acción, sobresaltos y violencia. Este cambio de aires, dejando atrás el humor friki y gamberro de Paco Plaza, se agradece muchísimo. Y, aún así, tiene algún toque de humor que hace que la película no sea extremadamente seria, lo que podría acabar siendo un lastre. Los infectados -nada de llamarles "zombis"- de esta cuarta parte asustan de verdad: su forma de moverse y atacar hacen que el miedo traspase la pantalla y el espectador, además de pasar miedo, empatice con cada personaje al verles huyendo o defendiéndose. Ése es uno de los mayores aciertos, ya que algunos personajes -incluso Ángela en algunos momentos- puedrían resultar tan planos que no despertarían la empatía del espectador. Otros puntos a favor son que Balagueró ha decidido dejar en un rincón lo peor de la saga: exorcismos y religión; o que hay tantas situaciones distintas, tensas y entretenidísimas que es difícil que nos aburramos en ningún momento a pesar de los interminables pasillos que recorren los supervivientes. A esto ayudan los distintos giros repartidos a lo largo de la película. Por decir algo negativo es que se pierde profundidad -la crítica que inundaba las tres anteriores películas- a favor de la espectacularidad. En ésta los buenos son muy buenos y los malos muy malos.
Jaume Balagueró vuelve a lo que funciona: generar tensión -y algo de mareo- moviendo la cámara sin control en los momentos en los que debería haber tensión. Quitando ese pequeño abuso, la planificación es tan potente como sólida e inteligente. En la dirección de actores también nos encontramos con altibajos: mientras que Manuela Velasco -protagonista absoluta e indiscutible-
está mejor que nunca, Paco Manzanedo y Críspulo Cabezas parecen el mismo personaje con distinta carcasa -aunque muy parecida-. Vale, los dos son militares curtidos y valerosos, pero sus actuaciones son casi iguales, incluso sus voces suenan parecidas. Si lo que Balagueró buscaba era eso, se habría solucionado escogiendo a un actor rubio, por poner un ejemplo. El resto del reparto está notable, con alguna excepción que sobresale de la media, como Emilio Buale, Ismael Fritschi o María Alfonsa Rosso. Ellos, sus personajes, le dan vida a la película más allá de los científicos o los militares cuadriculados.



Sin duda, los fans de '[·REC]' tienen un encuentro final con la mejor saga del cine español, al igual que a la gente que le guste el cine de zombis/infectados, o simplemente a los que le guste pasar miedo en el cine. Porque '[·REC]4' es una muy buena fiesta en la que no faltarán los fuegos artificiales, un muy buen cierre y un muy buen entretenimiento.

miércoles, 29 de octubre de 2014

El universo de Rec se expande

 

En 2007 Paco Plaza y Jaume Balagueró que dio un giro importante al cine de terror y fantástico al que estábamos acostumbrados. Con un estilo similar al programa de televisión Cops en donde unos reporteros se dedican a seguir el trabajo de la policía muy de cerca, aquí la reportera Ángela Vidal se pasa una noche entera con bomberos y en la medida de lo posible hacer un reportaje lo más interesante posible. La saga que cuenta ya con cuatro películas empezó como un proyecto modesto, ha creado todo un universo creativo que no se ha quedado tan sólo en sus películas sino que ha dado paso a un remake americano, un comic, una atracción en portaventura así como referencias en otras películas y programas. Dentro de esta última categoría quizás la más curiosa de todas sea la que sale en la película Spanish movie en la que los dos directores interpretaban a dos bomberos y Leticia Dolera hacía de Ángela Vidal cuando ella acabaría participando en la saga aunque con una trama paralela a lo que sucede en el edificio de Barcelona. Es imposible analizar aquí todas estas ramificaciones pero centrémonos en las más importantes.

viernes, 24 de octubre de 2014

Crítica: El chico del millón de dólares de Craig Gillespie


Tirando de sentimentalismo para narrar la historia de JB, un agente deportivo en horas bajas, nos llega 'El chico del millón de dólares', la nueva película de Disney. Basada en una historia real, todo comienza cuando JB decide, tras un fracaso profesional, poner en marcha una estrategia para reflotar su empresa.


JB es superficial, mujeriego y le gusta beber. Atributos perfectos para una catarsis que comienza cuando, de casualidad, ve un talent show en la tele y acto seguido cambia a un partido de cricket en India. El protagonista decide entonces empezar la aventura de montar un reality show, que es su última oportunidad de triunfar, en el que buscan el pitcher indio perfecto para aprovechar el posible tirón que tendría este jugador en su país natal. La primera parte de la película, con JB y un variopinto grupo de compañeros reclutando participantes, es sin duda lo mejor: vemos la vida en la India, sus costumbres, su forma de ser… y el director, Craig Gillespie, consigue que lo feo quede bonito frente al objetivo, que las miserias del país parezcan menos miserias. Además, tiene un toque cómico que se diluye bastante en la segunda parte en pos del dramatismo. Porque una vez encontrados a los ganadores del concurso, toca volver a Estados Unidos y prepararles para la gran prueba en la que los ojeadores de la liga profesional de beisbol verán si valen para sus equipos. Como decía antes, esta parte no llega a la altura de la primera, ya que se pierde parte del humor, la relativa imprevisibilidad y frescura de la primera para dejar paso al drama y al desarrollo de personajes. Todos crecen de la manera que esperamos, sin sobresaltos, y con algún momento demasiado emotivo para lo que requiere la película, en busca de la lágrima fácil. Aún así, la segunda mitad es entretenida y querremos saber qué pasa con todos y cada uno de los entrañables personajes y cómo acabará su loca aventura.


Craig Gillespie dirige de manera correcta el film, con una planificación que bastante genérica pero una dirección de actores más que decente. Jon Hamm, como protagonista absoluto de la película, da la talla y aporta profundidad a un personaje algo estereotipado. El resto del reparto, con los indios Aasif Mandvi, Suraj Sharma y Madhur Mittal, está a la altura, destacando el trabajo de Allyn Rachel. El director aprovecha la música de manera muy inteligente, usando canciones del universo Bollywood que todos conocemos para acercarnos un poco más a ese mundo caótico y fascinante de la primera parte.

'El chico del millón de dólares' es la película perfecta para ver cuando el cuerpo pide una ración de optimismo. La disfrutarán mucho los niños, ya que al fin y al cabo es una película Disney, con todo lo que conlleva.

Crítica: Coherence de James Ward Byrkit


Quien piense que para que una película de ciencia ficción sea buena necesita efectos especiales millonarios no podría estar más equivocado. Y para demostrarlo tenemos 'Coherence', que con su bajo presupuesto y sus casi nulos efectos especiales deja bien claro que es una de las mejores películas sci-fi de los últimos tiempos.

Basada en el experimento del gato de Schrödinger -si no sabes lo que es lo mejor es que no acudas a internet para enterarte, ya que lo explican de maravilla y… bueno, lo mejor es ir a la sala sabiendo cuanto menos mejor-, la película comienza con unos amigos que quedan en la casa de uno de ellos para cenar la noche en la que un cometa pasará a pocos kilómetros de la Tierra. Partiendo de esto, James Ward Byrkit, junto con Alex Manugian, firma un guión sólido -a pesar de la improvisación que el director dejó a los actores-, inteligente y engimático. Porque si hay una palabra para describir 'Coherence', es "enigmática". Poco a poco nos va dando información a la vez que nos presenta -muy bien presentados- a todos los personajes, y cuando nos damos cuenta estamos atrapados y sin poder apartar la vista de la pantalla. Todos los personajes están perfectamente construidos, y su forma de ser influirá en la historia de manera determinante. El conflicto entre personajes está plasmado de manera notable, dando vida a la película. Una de las cosas más destacables del guión es que consigue que la historia no subyugue a los personajes y que estos acaben siendo meras marionetas al servicio de la trama, y eso se agradece muchísimo en una película de ciencia ficción.


La dirección de James Ward Byrkit nos da cosas buenas y cosas malas. Entre las buenas encontramos una dirección de actores sobresaliente, que junto con el guión es de lo mejor de la película. Todos los actores se lucen, y no hay ni un segundo en el que flaqueen sus interpretaciones. Todos los actores son poco conocidos, pero no por eso tienen menos talento. De hecho, muchos actores y actrices mucho más famosos deberían aprender cuatro cosas de este grupo. En el lado malo tendríamos la planificación, que aunque no es mala, abusa demasiado del recurso de cámara en mano con temblores, lo que hace que la película parezca más barata de lo que es. La fotografía de Nic Sadler y Arlene Muller es otro de los aciertos de la película, dándole un tono nada común dentro del cine de ciencia ficción.

'Coherence' es una patada en el estómago a las cintas de ciencia ficción con presupuestos infladísimos y exceso de efectos especiales. Es entretenida y profunda. Es cine del bueno. Es una de las películas que más he recomendado en toda mi vida, porque algo así, por desgracia, no se ve demasiado a menudo.

Crítica: Coherence de James Ward Byrkit



¿De qué hablamos cuando hablamos de una película de ciencia ficción? Puede parecer una pregunta fácil pero no lo es, ¿Qué tienen en común dos historias tan diferentes como Snowpiecer (Rompenieves), Al filo del mañana o Gattaca? Son historias que nos plantean argumentos en un mundo que se parece al nuestro pero que no lo es. Toman una situación posible o actual y dejan volar la imaginación llevándonos a momentos completamente imposibles y situaciones totalmente improbables. En Snowpiecer partían del actual cambio climático para hacer una historia postapocalíptica en un mundo completamente devastado en donde la supervivencia es complicada, en Gattaca se basaban en la investigación genética y en las posibles discriminaciones que eso puede llevar. Los menos beneficiados genéticamente serían las nuevas víctimas del racismo. De Coherence apenas voy a decir del argumento porque lo interesante es ir descubriendo poco a poco lo que va pasando. El director nos sitúa en una reunión de amigos, una cena en la que las intrigas, los conflictos se esconden bajo una capa de urbanidad y buenos modales. Ese día sucede un acontecimiento especial, un cometa pasa y parece que pone todo patas arriba. ¿Qué sucede? Es mejor que vayáis al cine y lo comprobéis porque os va a dejar, por no encontrar una expresión mejor, alucinados.



Los elementos que se utilizan para contar la historia son muy básicos, un grupo de personajes y una casa. Quizás en esta sobriedad de medios se aleje bastante de lo que entendemos habitualmente por ciencia ficción. Aquí no vamos a encontrar grandes efectos especiales, o explosiones o hermosos decorados y exóticas localizaciones. Tan sólo actores y la palabra. Y con tan poco consigue emocionar y transmitir tanto. La inocencia, la jovialidad del principio, las conversaciones acerca de la cena, de los invitados se van volviendo cada vez más agobiantes a la vez que todo se vuelve más confuso y entra el elemento imposible o especial. ¿Qué es lo que está sucediendo? ¿Tiene el cometa algo que ver? ¿Esto ya ha sucedido antes? Como Hansel y Gretel el director va dejando miguitas de pan a lo largo de la película que hacen que al final todo tenga sentido y coherencia solo que no lo vemos, por eso en un segundo visionado la película gana en profundidad y se disfruta más ya que al conocer el secreto podemos simplemente disfrutar de la historia. Para James Ward Byrkit supone su debut como director de largometrajes aunque tiene otros trabajos como guionista de ese extraño y genial western de animación Rango que tanto nos gustó y en el departamento artístico de la saga de Piratas del Caribe. El reparto tiene a Nicholas Brendon como la cara que puede resultar más familiar. Pero quizás quien destaque sea Emily Baldoni, ya que tiene sin duda el personaje más complejo de toda la película. El director sabe guiarnos por donde él quiere y que nos metamos totalmente en la historia sin plantearnos si lo que está pasando es posible o no. Lo vemos y buscamos una explicación a lo que está sucediendo y cómo reaccionaríamos en una situación como esa. Personalmente me ha hecho gracia porque lo que se plantea me lo he imaginado muchas veces cuando llego a casa y qué haría y creo que sería exactamente lo mismo que la protagonista. La  película que se pudo ver en la última muestra SyFy se estrena mañana y es una de las mejores opciones para ver este fin de semana antes de que lleguen los infectados de rec 4 y lo arrasen con todo.


martes, 21 de octubre de 2014

Crítica: Tip top de Serge Bozon



Antes de empezar a escribir en este blog he de reconocer que tenía un prejuicio bastante grande con el cine francés y poco a poco esa idea que tenía ha ido desapareciendo. Mi género de cine favorito es la comedia porque el humor y la risa es la mejor forma de afrontar el dolor y el sufrimiento que nos da la vida. Y grandes comedias son las que nos han dado como la de los visitantes, la cena de los idiotas o más recientes como Intocable o Bienvenidos al norte. Películas que han tenido gran éxito y que han traspasado fronteras llegando a hacerse remakes en otros países como la última que ha tenido su versión italiana, Bienvenidos al sur y que fue una de las primeras películas en reseñar en este blog. Con Tip top no encontramos con una comedia de policías protagonizada por dos mujeres. Este primer dato es ya inusual pues normalmente son protagonistas masculinos pero ellas dotan a la historia de una sensibilidad especial. Ellas tienen que justificar de alguna manera su puesto y que merecen estar allí, algo que no se le exige a sus compañeros varones. Esta idea de revindicar el papel de la mujer, de la equidad e igualdad es algo que está presente a lo largo de toda la historia. La película la dirige el actor Serge Bozon en lo que supone su tercer largometraje.


La trama de la película gira en torno al asesinato de un confidente en las afueras de parís, un barrio en el que residen mayoritariamente argelinos que han huido de su país. El guionista supone que conocemos el contexto de la historia y da por sentado que sabemos la discriminación que ciertos grupos tienen y que Francia es un país laico en donde la religión es un asunto privado que queda excluido de toda manifestación pública. No es por lo tanto un país aconfesional en donde, al menos en teoría, el estado reconoce la libertad de religión sin dar preferencia a ningún credo. Mucha gente en Francia que no se siente lo suficientemente integrada ha rechazado los valores de la república y han buscado en la religión una forma de identificación. Esto por supuesto es fuente de conflictos y se generen problemas que en un momento dado pueden terminar en terrorismo. La misión de las investigadoras es descubrir lo que le ha pasado al confidente y descubrir al topo que hay en la comisaria. Tiene un tono realista que de alguna manera recuerda a la inglesa Four lions que también trataba el conflicto cultural con el terrorismo de fondo.

jueves, 16 de octubre de 2014

Critica: La jungla interior de Juan Barrero



Mañana llega a los cines una de las propuestas más interesantes que supone la opera prima como director de Juan Barrero. Nos propone un viaje que mezcla el género documental con la ficción en el que las fronteras entre lo real y la ficción son tan leves que no se sabe si lo que vemos es verdadero o si es producto de una ficción bien diseñada. Quizás esta discusión tampoco tenga mucho sentido porque da un poco de menos si lo que nos presenta es fruto de la mente de un guionista o aprovecha una situación pues desde que comienza la película todo se vuelve falso en el sentido de que se trata de una realidad manipulada en la que se nos muestra las cosas no como son o han pasado sino cómo el director quiere que las veamos. Esto es inevitable, es su película y su historia y nosotros no somos más que meros espectadores. La película nos mete en la vida de una pareja Gala y Juan que van al pueblo en donde él pasó la infancia y se encuentran con una gran cantidad de recuerdos de una tía suya que acaba de fallecer. Aunque ella no esté sus recuerdos y su historia al ser recordada y transmitida la mantienen de alguna forma viva, quizás es una existencia mínima pero ella forma parte todavía de sus vidas y para ellos es como si una pequeña parte siguiera viva. Es como cuando tenemos un hijo ya que nuestro material genético nos permite de una forma quizás impropia la inmortalidad. Creo que esa es la clave y de lo que va esta película, de las formas que tenemos para superar nuestras limitaciones temporales, una mediante el recuerdo en los demás, si alguien nos recuerda no morimos del todo, y otra mediante nuestra descendencia, nuestros hijos forman parte de nosotros mismos y de alguna forma perpetuamos nuestra existencia. Como en una poesía, el director insinúa más que muestra y toda la carga dramática y emocional corre a cargo de una estupenda interpretación por parte de Gala Pérez Iñesta. Ella es la película y lo da todo exponiéndose una manera brutal que en algún momento puede hacernos sentir incómodos al invadir de forma tan íntimamente la vida de una persona. No es una película para grandes públicos, no sólo por la historia y de lo que trata sino por la original forma de presentarnos. No termina una vez que se apaga el proyector del cine, sigue creciendo en el interior del espectador que necesita un tiempo para entender todo lo que ha visto. Requiere por lo tanto un espectador activo pues se nos dan unas claves y cada uno tiene que construir y entender por sí mismo lo que ha visto. Más que recomendable. 


Crítica: Ninja Turtles de Jonathan Liebesman


Leonardo, Raphael, Michelangelo y Donatello. ¿Quién no recuerda estos nombres? Las tortugas más famosas de la televisión vuelven al cine de la mano de Jonathan Liebesman, director de 'Ira de titanes' o 'La matanza de Texas: el origen' con Michael Bay como productor.


Con estos antecedentes podemos imaginar qué habrá en la película: explosiones, humor básico y muchísima acción. Y es lo que encontraremos… a medias. Hay muchas menos explosiones que en una película de Michael Bay, y bastante menos acción. Lo de la acción puede deberse a que se toman su tiempo para presentar a unos personajes más que conocidos, o que no estira la duración total hasta el absurdo. Estos dos factores se agradecen infinitamente, porque si hubiesen intentado alargar la aventura de estas tortugas habría pasado de ser una película aceptable a una que roza el suficiente. Hablando de otra cosa que está a medias es el humor: no es tan tonto como en la saga 'Transformers', y eso es un punto a favor. Tampoco es que sea el humor más inteligente del mundo, pero por lo menos nos libramos de escuchar bromas que harían chicos de quince años. Durante la película seguiremos las aventuras de April O'Neil, una periodista que intenta abrirse paso en su profesión sin demasiado éxito, y de las cuatro tortugas adolescentes mutantes ninjas, por supuesto. También vemos al malo malísimo que intenta destruir la ciudad por cuestiones de dinero -como si le faltase-. En esto es poco novedosa, tan poco que sabemos el final desde antes de entrar en la sala, pero… ¿y qué? En esta película lo que importa es el recorrido, que es lo suficientemente entretenido para hacer que no bostecemos ni una sola vez.

'Ninja Turtles' está realizada de manera muy genérica, con música muy genérica y actuaciones normalitas -o mediocres, en el caso de Megan Fox-, pero… ¿y qué? No hemos venido a buscar nominados a los Oscars, hemos venido a pasarlo bien, y lo conseguiremos. Megan Fox se consagra como pseudoheroína de acción, la eterna dama en apuros que ayuda a salvar la ciudad de manera casual. Pero si hay algo interesante en la dirección de esta película es el enfoque que el director le ha dado: está destinada a los que crecimos con esta serie, sí, pero además también a los adolescentes que no la han visto nunca. La caracterización de las cuatro hipermusculadas tortugas está bastante lograda, consiguiendo que diferenciemos una de otra sin esfuerzo y dándoles una personalidad más marcada que en cualquiera de los anteriores productos. Además, Jonathan Liebesman -o los productores, quién sabe- ha transformado a Michelangelo en una tortuga rapera ligona, bastante alejada de lo que era en la serie original. Y esto, lejos de ser malo, hace que sea la más divertida -y a la vez un poco cargante- de todas las tortugas.



'Ninja Turtles' es entretenimiento en estado puro que atraerá tanto a treintañeros nostálgicos como adolescentes con ganas de ver explosiones y a Megan Fox. Preparad los nunchakus, las palomitas y aclarad vuestras gargantas, porque la lucha empieza y sólo se necesita una palabra: "Cowabunga!".

viernes, 10 de octubre de 2014

Entrevista: José Ruiz, El cogote más famoso de la televisión



Jose Ruiz fue director de programas como De película o Revista de cine en donde se hablaba de las películas y de sus protagonistas de una forma muy diferente a la actual. Eran otros tiempos y la industria del cine también. Ahora la cantidad de estrenos en salas, la gran cantidad de medios hace que no sea posible el mismo tratamiento ni la misma forma de hacer las cosas. Una de las facetas en las que destacó fue como entrevistador, pudo hablar con los mejores cineastas con una libertad y con una tranquilidad que ahora resulta complicada de conseguir. Quizás por revindicar una forma de hacer periodismo distinta a la actual representada en la figura de José Ruiz, por nostalgia o por un poco de todo, el cineasta Max Lemcke (Casual day y Cinco metros cuadrados) ha iniciado un libro de memorias escrito en colaboración con el periodista Juan Sardá y que contará con un prólogo de la actriz Carmen Maura. El libro han decidido financiarlo mediante el sistema de crowdfunding. Desde 20 euros hasta los 500 euros (ya pensado para empresas y asociaciones). Desde Axiomas hemos podido hablar con el protagonista del libro (todavía en fase de escritura) José Ruiz para hablar de la situación del periodismo cinematográfico y por supuesto de El cogote más famoso de la televisión.

martes, 7 de octubre de 2014

Crítica: Perdida (Gone girl) de David Fincher


'Perdida' es la décima película de David Fincher y ,como buena película par en su filmografía, es para quitarse el sombrero. Retorcida, oscura y brillante son las mejores palabras para describir 'Perdida'. Gillian Flynn adapta de manera brillante su propia novela y nos da un guión lleno de sutilezas que hará que nos quedemos asombrados y con la boca abierta más de una vez. Los personajes, ya sean los protagonistas, secundarios o la vecina de enfrente, están sólida e inteligentemente construidos. En todo momento resultan creíbles, todos y cada uno, con sus motivaciones propias y coherentes. Lo mejor de la película, quizá, es la forma en la que retrata a lo que puede llegar un matrimonio. Esto, junto con la forma de tratar la criminalización del individuo a través de los medios de comunicación, eleva el conjunto varios puntos. A los impacientes les parecerá que le cuesta arrancar, pero Fincher se toma el tiempo necesario para presentar a los personajes lo mejor posible. Y una vez puesta en marcha… Imposible despegar los ojos de la pantalla: las ganas de querer saber más y más nos mantendrá pegados a la butaca. Y no sólo eso, también consigue que no nos olvidemos de la película una vez fuera de la sala, haya pasado una hora o una semana desde que la vimos.


David Fincher muestra, una vez más, que es uno de los mejores directores actuales. Su control del ritmo es envidiable, la planificación elegante y sólida. Se nota que está atento a cada detalle, contando con un solo plano más que muchos directores actuales con cien. Pero si hay que destacar algo es la dirección de actores. Absolutamente todos están geniales: Neil Patrick Harris demuestra que le queda mucho por decir fuera después de 'Cómo conocí a vuestra madre', al igual que Kim Dickens fuera de 'Lost'. Y luego están Ben Affleck y Rosamund Pike, que desprenden química a raudales
. Ben Affleck nos da una de las mejores interpretaciones de su carrera, y Rosamund Pike… Si no se lleva unos cuantos premios por su interpretación de Amy acabaré muy decepcionado. Cada vez que aparece en la pantalla la llena con una fuerza y carisma. Una actuación llena de matices, que nos hace empatizar instantáneamente con su personaje y que se quedará mucho, muchísimo tiempo grabada a fuego en el cerebro.

'Perdida' es una de las mejores películas del año, sin duda. No verla en cine es algo de lo que los que la vean por primera vez en casa se arrepentirán. 

domingo, 5 de octubre de 2014

Crítica: La vida resulta de Marta Sánchez y David S. Olivas


A veces hay una dicotomía entre lo que queríamos ser y lo que somos, el tiempo ha hecho que nuestros ideales y deseos se vayan reencaminando. Un exceso de pragmatismo hace que nos olvidemos de nuestros sueños y la dura realidad hace que cambiemos nuestros deseos por cosas más probables o supuestamente más beneficiosas. De todos estos temas son de los que trata La vida resulta que en tono de comedia con toques agridulces nos muestra cómo niños inocentes se acaban convirtiendo en adultos poco agradables. La juventud es una etapa de nuestra vida en la que todos son posibilidades, podemos ser quienes queramos ser, el tiempo es el que nos va dirigiendo y convirtiendo en lo que seremos. La acción de la obra transcurre en una guardería de élite en la que unos padres optan para una plaza que hay vacante. Todos desean que su hijo vaya allí porque saben que es el primer paso para una carrera de éxito y ¿acaso los padres no quieren lo mejor para sus hijos? Los cinco personajes irán desvelando a través de monólogos cómo veían el mundo de niños mostrándonos como muchos de esos deseos no se han cumplido. Estos personajes nos hablan desde su visión de cuando iban a la guardería y a esa edad uno no es más que un reflejo de los padres y no tiene deseos ni un pensamiento propio. Haber situado el escenario en un colegio y aumentar la edad de referencia de los protagonistas hubiera sido una decisión más acertada. Cuando existe una diferencia tan grande entre lo que deseábamos ser y lo que nos hemos convertido llega la frustración y la tristeza y aunque se trate de una comedia es inevitable que haya un poso de cierta amargura a la hora de contarnos la historia. Cada uno de los cinco personajes tiene una posición diferente a la hora de enfrentarse a sus propios demonios interiores. El loco (o el que finge locura o estupidez) se evade de sus problemas y vive más feliz que el que siempre los tiene presentes. La obra está escrita por Marta Sánchez y David S. Olivas guionistas de series de televisión como Aida o 7 vidas. No son dos series que me gusten especialmente pero hay que reconocer que aquí hacen un interesante retrato generacional en donde podemos vernos reflejados muchos de nosotros. El reparto está formado por Cristina Alcazar, Adriana Torrebejano, Javier Mora, Carlos Santos y Laura Dominguez. A los tres ya los pudimos ver juntos en la obra de David Mamet Perversiones sexuales en Chicago, obra de la que ya hice una reseña en su momento. Cada uno de ellos sabe sacar lo mejor de su personaje. La obra se representa actualmente en el treatro Borrás de Barcelona y se pueden comprar las entradas desde la web de Atrapalo


sábado, 4 de octubre de 2014

Vivir es fácil con los ojos cerrados a Hollywood

Carlos Fuentes Navajo
La función de los premios de cine no es sólo para saber cuáles son las mejores películas de ese año sino también como forma de darse a conocer ante el público. Aunque sea una preselección siempre es una buena publicidad y consigue que se hable de algunas películas en los medios. Pasados ya los premios de nuestra academia tocaba escoger qué título mandaríamos a Hollywood con el resto de países de habla no inglesa por este premio tan importante. Son tres los españoles que se han hecho con esta preciada estatuilla, Garci, Trueba y Almodóvar, tres de los más importantes referentes de nuestra cinematografía. Ya hace tiempo que el cine español no pasa el corte para entrar entre las finalistas pero también es cierto que no es nada fácil llegar hasta el final. Hay demasiados competidores y la forma de elegir los títulos por los académicos es complicada. También quizás la estrategia no ha sido la adecuada y hemos mandado películas que tenían pocas posibilidades. Este año eran tres las que quedaron finalistas para ir a Los Ángeles y eran El niño, 10.000km y Vivir es fácil con los ojos cerrados. La presentación de los tres candidatos y la lectura de la que finalmente ha sido la elegida, Vivir es fácil con los ojos cerrados ha corrido a cargo de Alex González que actualmente está metido en la grabación de la segunda temporada de El príncipe y Aura Garrido con un aspecto muy diferente al que nos tiene acostumbrados y a la que veremos también en televisión en la adaptación de Alatriste. No podía faltar al acto el actual presidente de la academia Enrique González Macho.

Carlos Fuentes Navajo

viernes, 3 de octubre de 2014

Crítica: Torrente 5: Operación Eurovegas de Santiago Segura


¿Quién no conoce a José Luis Torrente? Ex policía, machista, racista, franquista, alcohólico… Podría seguir soltando adjetivos sobre el antihéroe español por excelencia, pero podría estar horas escribiendo. Santiago Segura vuelve a escribir, dirigir, producir y -obviamente- protagonizar la nueva entrega de Torrente, conocida como 'Operación Eurovegas'. Tras salir de la cárcel en 2018 y ver que el mundo, según sus ideales, se ha ido a pique, José Luis Torrente tomará cartas en el asunto. Como si de un Ignatius Reilly moderno y mucho más chabacano y básico se tratase, el ex policía, sirviéndose de un futuro hipotético para criticar el panorama actual, se alza contra la sociedad para... enriquecerse. Nada de intentar cambiarla, no. Enriquecerse robando el único casino que llegó a construirse en la fallida Eurovegas. La sátira social facilona -y más o menos acertada- inunda la película y crea un ambiente particular, uno de los puntos positivos de la película, aunque éste resulte demasiado básico como para hacernos pensar más allá del tiempo que dure la escena. Pero seamos sinceros, 'Torrente 5: operación Eurovegas' no aporta absolutamente nada al cine en general, y a la saga en particular. Se mantienen los chistes racistas, escatológicos y sexuales, sonando igual que en las anteriores entregas. Una de las pocas novedades es la innovación incluida a la hora de "hacerse unas pajillas". Además de todo esto, es una película predecible, pero esto es un punto a favor, ya que es obviamente buscado. Esto provoca que queramos ver más, cómo ese grupo de deshechos sociales encuentra la forma inconsciente de fastidiar los elaborados planes de Torrente. Personajes todos, ya sean protagonistas, secundarios o cameos, simples y con poca profundidad y nulo desarrollo. Los personajes que repiten -y algunos que son nuevos- nos provocarán una sensación de déjà vu. Incluso Torrente sigue igual, siendo esto, según se mire, una virtud o una flaqueza.


Vemos cómo Santiago Segura ha crecido como director a la hora de planificar la película, ya que es fluida y mantiene el ritmo. Entrando en la dirección de actores nos encontramos con todo lo contrario, ya sea por haber repetido la fórmula de usar amigos, gente de la farándula televisiva o porque los personajes no dan para más: nos presenta estereotipos manidos y repetitivos, poco graciosos. Otra de las novedades de esta película es que Julián López sustituye a Gabino Diego como Cuco. El cambio, dentro de la película, está justificado con cierta gracia, tengo que admitirlo. Una de las sorpresas de esta entrega, Alec Baldwin, que tiene un papel más o menos interesante, está bien, sin más. Se le ve más preocupado de pronunciar bien en castellano -comprensible, por otra parte- que de construir un personaje complejo y darle vida.



'Torrente 5: operación Eurovegas' es la muestra definitiva de que las aventuras de José Luis Torrente deberían haber llegado a su fin con la anterior entrega. Y es que estirar un personaje como el ex policía tanto tiene sus consecuencias. Los fans de la saga se sentirán satisfechos al ver de nuevo a Torrente soltando variantes de chistes contados mil veces, y se reirán. Los que no sean fans de la saga… Se preguntarán cómo pueden seguir recurriendo a los mismos chistes una y otra vez.

jueves, 2 de octubre de 2014

Crítica: Pelucas de Jose Manuel Serrano Cueto



Para las mujeres el pelo es algo que representa su identidad femenina, no es casualidad que los nazis raparan a cero a las mujeres como forma de empezar su aniquilación. Es cierto que hay mujeres que deciden cortarse el pelo pero es una decisión voluntaria y el deseo de cambio es lo que hace diferente a cuando falta porque es una decisión impuesta por otros o como en el caso de la protagonista de Pelucas la falta de pelo llega por una enfermedad. Se agradece que el corto no gire en torno a la enfermedad de la protagonista sino que tan sólo sea el marco en el que esta se mueve y lo que importa es cómo se enfrenta (junto a su pareja) a esta gran dificultad en la vida. Ante una situación así es difícil saber cómo podemos reaccionar cada uno de nosotros, pero la protagonista hace de su enfermedad, o más bien de las consecuencias visibles y no deseadas una virtud. Si no tiene pelo bien está una buena peluca que le permita olvidarse de su enfermedad y fingir se otra persona. Al tratarse de una actriz es más fácil asumir otro rol haciéndolo de una forma lúdica y este es otro de los logros de este corto. Sin relativizarlo ni quitarle la importancia que tiene, la vida más larga o más corta hay que asumirla de forma positiva intentando superar los obstáculos a los que nos tenemos que enfrentar. El humor y la risa también sirven para aliviar el dolor. Si el guión es bueno por su acertada forma de presentarnos la historia se quedaría en nada sin una buena pareja de actrices como son Lola Marceli y Cuca Escribano. La naturalidad con la que nos presentan a estos dos personajes es impresionante. La complicidad, el cariño y el amor que se  transmiten hacen que se sienta uno a gusto viendo esta historia. Un gran cortometraje que desde aquí recomendamos.


Crítica: El amor me queda grande de Javier Giner


Es fácil imaginarse a Javier Giner de joven viendo películas mientras sus compañeros de clase se dedicaban a otras actividades. Viendo la trágica historia de Lucía y Samuel que protagonizan su tercer corto después de Night Flowers y Save Me, puedo llegar a la conclusión de que es alguien apasionado por el cine, por sus personajes, por sus historias y por los actores (y actrices) que nos emocionan detrás de la gran pantalla; alguien que vive tan intensamente el cine que casi se podría decir que no es que él haya escogido esta profesión sino que el cine le haya escogido a él. Javier Giner nos lleva a un parque en el que se dan cita los niños con las mujeres que les cuidan en un momento de pausa entre las obligaciones cotidianas. El juego cumple una función muy importante porque nos permite superar nuestras limitaciones y simular vidas y experiencias que nos serían imposibles o que nos quedan lejanas. Fingimos una vida que no podemos tener o que aún no tenemos pero que deseamos o que nos encauzan a llevar. No es casual que a las niñas se les compre muñecas como preparación a una futura vida como madre y esposa y a los niños juguetes violentos para que expresen su agresividad en el trabajo como forma de deja de manifiesto su masculinidad. Pero por suerte para nosotros ni Lucía ni Samuel viven en nuestro mundo sino en el universo que Javier ha creado y es por lo que sus juegos poco tienen que ver con los niños que conocemos y sí con sus deseos más íntimos. El cine clásico de mujeres potentes y algo crueles que utilizan a hombres ensimismados en su belleza. Para los protagonistas de este corto el juego es simulación, jugar y fingir que están en una historia de cine negro en donde los ingredientes son amor, pasión y crimen.